Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Un día después de que Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, admitió desacuerdos con algunos gobernadores del país por la atención a la pandemia de COVID-19, 10 mandatarios exigieron su salida inmediata del puesto. Por medio de un comunicado, señalaron que México se encuentra en el peor de los escenarios y López-Gatell optó por una gestión política de la pandemia. “Los Gobernadores de 40 millones de mexicanos y mexicanas, demandamos al Gobierno federal la salida inmediata de Hugo López-Gatell y que se ponga al frente, a un experto en la materia, con conocimiento y humildad para entender en toda su dimensión los temas de esta crisis de salud tan grave como la que estamos atravesando”, dijeron en un comunicado. Con todo y su posible poder local, los gobernadores no tienen la misma fuerza en los asuntos de interés nacional, se podrán agrupar y echarle montón al Presidente, pero al final no pasarán de ser un grupo de presión que terminará siendo sometido por la fuerza del presidencialismo, que es el que impone los tiempos, los nombramientos y la agenda, simple y sencillamente por el control del presupuesto federal. A ello se le agrega que el Presidente tiene mayoría en el congreso de la Unión.

Si los gobernadores tuvieran mayoría en alguna de las dos cámaras del Congreso, ya hubieran hecho renunciar a López Gatell mediante un juicio de responsabilidades, pero como no es así, los reclamos de los gobernadores quedarán solo como una anécdota. La operación desde Palacio Nacional, el mismo viernes que se hizo pública la carta, fue tan rápida y efectiva, que esa misma tarde el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, se deslindó de los firmantes, ganándose que el propio López Gatell lo calificara de “un buen gobernador”. Después de Corral, el mandatario de Querétaro, Francisco Domínguez, se desmarcó de sus colegas en rebeldía. Los ocho gobernadores no dijeron una sola palabra, guardaron silencio y dejaron sus airados reclamos para otra ocasión, y así seguirán las cosas por lo menos hasta septiembre del año próximo, en que los gobernadores estarán esperando que la correlación de fuerzas cambie en las cámaras, pero aun que así fuera, algunos de ellos estarán a un año de irse y no creo les conviene estarse peleando con el Presidente.

Estos ocho inconformes gobernadores gobiernan 40 millones de mexicanos, pero los otros setenta son gobernados por mandatarios, que, sin ser expertos en la materia, tienen el conocimiento y la humildad para entender lo que el Ingeniero Jorge Mojica Vargas, presidente del Consejo Ciudadano de Durango si entiende…

que simple y sencillamente el motivo de tanto contagio y defunciones se debe a la desobediencia ciudadana. Por qué en el estado de Hidalgo que tiene una estadística de mil 050 defunciones y en Sinaloa 2191 muertos; los gobernadores no se inconforman, mientras que en Durango con 276 y Aguascalientes con 260 fallecidos los gobernadores si firman. No será mejor establecer una estrategia para combatir la desobediencia ciudadana como lo está proponiendo el Consejo Estatal Ciudadano de Durango, pues finalmente los culpables de que la pandemia no se detenga no son los gobernadores ni el Dr.López Gatell, somos nosotros como ciudadanos.

Email:[email protected]