Flores en medio en el desierto
Por: Luis Alberto J. López Chávez
Cierto es, que cada administración gubernamental tiene sus altas y sus bajas, en la percepción del ciudadano promedio regularmente suelen ser mas bajas que altas. Esta visión la vienen a reforzar en muchas ocasiones intereses políticos que ponderan el beneficio de grupos por encima del interés común.
Durango, una ciudad que puede considerarse pequeña, aún alberga una atmósfera de tranquilidad, no obstante, es una ciudad que no ha dejado de crecer, este despunte se manifestado de manera mas evidente en las últimas dos décadas.
La principal razón: el aumento exponencial al presupuesto que se dio a partir del año 2000, independientemente de las razones, ese excedente no acostumbrado de dinero se vio reflejado en distintos rubros, desde el desarrollo de infraestructura carretera para una mejor conectividad hasta la fundación de instituciones de educación superior de calidad para una mejor formación de profesionistas.
Esto permitió ayudar a Durango a situarse en el mapa y comenzar a dejar atrás aquella imagen de ciudad poco desarrollada, no obstante, en los últimos años, el presupuesto federal no solo no ha aumentado, sino que se ha visto disminuido en algunos rubros de importancia, lo que ha terminado por retardar o en algunos casos detener obras planeadas con antelación.
El Gobierno Estatal y municipal en la actualidad, han tenido un reto enorme, mantener el crecimiento de Durango, con menos recursos de los que había antes; esto se ha podido lograr gracias a la fiscalización y a la austeridad, pero sobre todo a la buena administración.
Tanto el Gobernador como el Presidente municipal, transitan por las calles como cualquier otro ciudadano, no los escolta un convoy de gente que cuida sus espaldas como en el pasado, el que nada debe, nada teme. Ni a ellos ni a los que dependen de ellos.
Los derroches que había en espectáculos para unos cuantos ya no se dan con tanta facilidad, la deuda publica y los prestamos ya no crecen de manera indiscriminada, los recursos que en el pasado se destinaban a banalidades ahora se redireccionan a obras e infraestructura de manera mas sobria y responsable.
Las calles se pavimentan sin bombo y platillo de por medio, se sigue instalando el cableado subterráneo en el centro histórico, se siguen construyendo calles semi peatonales, esta por concluirse el puente Francisco Villa, inicio operaciones la policía ambiental, entre muchos otros logros.
Es difícil evaluar una administración antes de que termine, seguramente se han cometido algunos errores, sin embargo, si en algo se pueden distinguir a las actuales es que el estado y la ciudad de Durango siguen su camino natural de crecimiento, pero, sobre todo, que, con las condiciones de presupuesto actual, siguen creciendo flores en el desierto.
Twitter: @LuisLopezDgo