Hay que salir a votar
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
El voto consiste en el evento por el cual una persona brinda su apoyo por una propuesta o bien por un candidato o lista de candidatos, ya sea en forma secreta o por medio de un acto público. La importancia del voto radica en su naturaleza de recurso para definir los caminos a seguir por parte de una comunidad, un municipio, un estado e incluso un país entero. Cada voto es importante. Nuestro voto puede hacer la diferencia en una elección y aunque parezca mínimo, muestra una tendencia y expresa una opinión. Si somos conscientes de la importancia de nuestro voto sabremos votar por representantes en los que confiemos o en los que, al menos, veamos valores y principios que nos representen. Votar es una de las formas de participación democrática básica. Votando se eligen los representantes que dirigen los futuros de nuestro territorio y, en cierto sentido, de nuestra vida en esos territorios. En muchos países ni siquiera existe la posibilidad de votar para elegir gobernantes, los cuales son descendientes de castas tradicionales, familias monárquicas o dictadores autonombrados. La vida democrática nos permite elegir nuestros representantes y delegar las funciones públicas, que son un servicio para la sociedad, en personas destacadas por sus capacidades y esfuerzos por construir un mejor entorno común. ¿Por qué debemos ir a votar? Porque para cada comunidad y persona hay mucho que ganar pero también mucho que perder. Estas son las elecciones de nuestro barrio, colonia, fraccionamiento o comunidad rural. Usted, mejor que nadie, conoce las necesidades del lugar en el que vive y a los candidatos, que son sus vecinos. Si elegimos a gente capaz y honesta, podemos aspirar a municipalidades más eficaces, mayor seguridad en el barrio, mejores calles y más parques, mejores servicios públicos y mejor todo. Por eso los buenos Gobiernos municipales son importantes. Pero si dejamos que otros elijan por nosotros, luego no podremos quejarnos. Que quede claro: Una decisión electoral acertada traerá progreso y bienestar. Una decisión equivocada (y la peor de todas es no votar) podría empeorar las cosas. ¿Por qué debemos ir a votar? Porque no todos los candidatos son lo mismo. En el caso del municipio de Durango hay ocho candidatos propuestos. El menú es amplio y, en sus virtudes y defectos, se constituye un auténtico microcosmos de nuestra sociedad. Hay suficientes opciones para, con nuestro voto, apoyar lo que se esté haciendo bien y corregir lo que se esté haciendo mal. La experiencia demuestra que las municipalidades son diferentes en la calidad de su gestión. Por eso de nuestros votos depende agravar o resolver los problemas que enfrenta el entorno donde vivimos. ¿Por qué debemos ir a votar? Porque votar es un gusto. A diferencia de como ocurre en las dictaduras, con el voto libre se nos toma en cuenta y se confía en nosotros. Se nos toma en serio, nuestra opinión pesa y se nos responsabiliza de nuestro futuro. Se nos empodera como ciudadanos capaces de saber cómo estamos y qué necesitamos. Sin duda, votando damos el mejor ejemplo a las nuevas generaciones. La abstención no logra nada. Sólo expresa desidia y falta de carácter ciudadano. Ser vasallo o simple espectador es fácil. Pero hay que tener coraje ciudadano para tomar las riendas del futuro, votando, por eso duranguenses, este domingo dos de junio hay que salir a votar.
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