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Hoy, a 457 años de distancia, persiste el oprobio histórico contra los pueblos originarios

08/07/2020 - Hace 4 años en México

Hoy, a 457 años de distancia, persiste el oprobio histórico contra los pueblos originarios

Zona de Debate | 08/07/2020 - Hace 4 años
Hoy, a 457 años de distancia, persiste el oprobio histórico contra los pueblos originarios

Por: Primitivo Ríos

A 457 años de la fundación de la ciudad de Durango persiste el oprobio histórico en contra de los pueblos originarios de estas tierras y con gran zalamería se rinde culto y honor a quienes vinieron a asesinar y exterminarlos.

Como ejemplos grotescos de esta visión conservadora y excluyente de la historia, dos casos:

1).- El relieve colocado por el entonces gobernador Jorge Herrera Caldera en la plaza Fundadores, con un español erguido en caballo y un indígena sentado, sometido por la espada y el “evangelio”.

2).- El mini-monumento a Francisco de Ibarra mandado colocar por el entonces alcalde panista, José Ramón Enríquez Herrera, que se dice “progresista” y de “izquierda”, que constituye una afrenta a la historia que ni sus correligionarios ultraconservadores panistas fueron capaces de hacer y el oftalmólogo de marras los complació.

Estas expresiones grotescas no reflejan la conflagración sucedida, el heroísmo y resistencia indígenas, el sadismo asesino y aniquilador del invasor. A quien debiera erigirse un monumento es a nuestros ancestros originarios o en todo caso una representación real del suceso histórico.

El 8 de julio de 1563 fue fundada la ciudad de Durango por el conquistador español Francisco de Ibarra. Este hecho acontece en el proceso conocido como la Segunda Conquista de México, cuando los conquistadores decidieron avanzar hacia el norte y noroeste de México y el sur de Estados Unidos, dando origen, entre 1550 y 1600, a La Guerra Chichimeca, nombre de la confederación de naciones o tribus nómadas o seminómadas del norte de la Nueva España conformada por Caxcanes, Tecuexes, Pames, Chinamecas y Jonaces, Guamares, Guachichiles y Zacotecos, Cocas.

Los chichimecas eran hombres sumamente valerosos, excepcionales arqueros y diestros en la guerra de guerrillas, conocían bastante bien el escenario de la guerra. Los conquistadores nunca esperaron combatir en estas circunstancias a los pueblos originarios. Perseverantes hasta llegar a infundir verdadero terror entre los conquistadores. Se opusieron con firmeza, dieron su vida para impedir ser tratados como esclavos y por preservar su cultura y cosmovisión.

En 1606 la rebelión indígena de los nativos Acaxees fue en respuesta a las condiciones inhumanas y humillantes en que los mantenían en las minas; en 1616 la rebelión tepehuana contra los usurpadores, fue el movimiento insurgente más importante de la Nueva Vizcaya en el siglo XVII.

Al final, los conquistadores vencieron, enarbolando en una mano el estandarte evangelizador y en la otra, la cruel espada asesina. Su verdadero Dios lo fue el oro y la riqueza. La masacre y el baño de sangre contra los pueblos originarios fue brutal. El relieve ubicado en la Plaza Fundadores es muy elocuente

A quienes debemos honrar hoy, por su dignidad y amor a su tierra, es a los pueblos originarios quienes ofrendaron su vida en defensa de sus orígenes y riquezas culturales.

Twitter: @Primitivo_Rios

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