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Al parecer Kato Rodríguez no soportó la presión que ejercieron los diputados locales, algunos de los cuales llegaron a solicitar su renuncia, luego de que en la revisión de la cuenta pública se detectó anomalías por 18 millones de pesos.
Esas irregularidades comprende desde el pago de finiquitos a exempleados o exconsejeros, hasta el pago de los aguinaldos que recibieron el personal del organismo electoral caracterizado por la demanda de más recursos para, tristemente destinarlos al parecer a financiar los excesos en los cuales se desarrollan.
Para poder hacer frente a todo ese tipo de excesos, los consejeros decidieron hacer uso de un par de fideicomisos que tiene el organismo electoral y que presuntamente se constituyó para poder financiar la compra o construcción de una bodega.
Los diputados que llegaron a solicitar la renuncia de Kato Rodríguez, fueron entre otros la diputada Sandra Amaya, así como su compañero de bancada Iván Gurrola, los cuales habrán quedado complacidos ante la salida del Consejero presidente quien en su oportunidad llegoó a declarar que el podría renunciar, sin embargo, recordó que solo los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) lo podrían destituir.
Aparentemente el Instituto cierra un capitulo con la renuncia de Kato Rodríguez, sin embargo, el organismo debe de ser sujeto a un seguimiento exhaustivo debido a que nos han demostrado que quienes han laborado en el mismo se han dedicado a sangrar económicamente al organismo.
Si bien en el último proceso electoral desarrollaron un trabajo maratónico, no podemos soslayar que sus ingresos les compensan en gran medida su trabajo, y es cuando el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador cobra vigencia, pues el tabasqueño está en contra de que quienes operan los órganos electorales puedan tener tan altos emolumentos.
En algún momento, uno de los consejeros deslizo que ese oneroso pago es para evitar la tentación de que haya algún soborno de un partido político en la disputa de las elecciones, sin embargo, quien carece de ética podrá corromperse por mucho que tenga un buen sueldo. Más bien necesitamos integridad en nuestros consejeros, y en verdad me gustaría saber que algunos de ellos tienen esa virtud.
