Por: Emmanuel Salazar

El proyecto de ingresos aprobado por el cabildo de Durango, en una apretada votación, ha servido para intentar un lucro político que realmente es innecesario ante una eventual parálisis gubernamental que vivirá en los siguientes meses nuestra entidad, ante la negativa del Gobierno federal por otorgar fondos.

El viernes pasado, el alcalde panista Jorge Salum del Palacio, logró, gracias a la ausencia de un regidor de oposición, hacer valer su voto de calidad y aprobar así la propuesta de ingresos que la oposición votó en contra ante su temor de que el texto, que paradójicamente aprobaron en la comisión de Hacienda, tuviera alguna cambio en su redacción.

En el fondo, los regidores priistas Daniela Soto y David Payán intentaron crear una polémica en un proyecto de ingresos que aprobaron en comisión, y que, gracias a la inocencia de los funcionarios panistas, se aceptó que traía consigo en el texto original ajustes para intentar dotar de recursos al Ayuntamiento, que no contará con el respaldo federal, pues la intención del Gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, es centralizar todo lo que pueda el gasto, para así pretender generar, entre la población que reciba los subsidios, un agradecimiento y compromiso con el Ejecutivo federal y no con las autoridades estatales y municipales.

Pero, ¿realmente necesita el PRI de esas cortinas de humo?, cuando es evidente que existe una parálisis económica, y que simplemente con hacer alusión a la realidad que todos en Durango vivimos, pues se puede lograr un mayor impacto sin necesidad de intentar asustar, aún más, a los contribuyentes, sobre todo con un presunto aumento en el impuesto predial.

Ahora bien, con qué calidad moral dicen los priistas que hay un ajuste al impuesto predial cuando en los últimos años votaron todas las propuestas de la anterior administración municipal con singular alegría, eso si dotados de viajes y periplos a cualquier lugar del mundo, con lo cual cada año hubo actualización del predial, y ahora asumen una posición muy digna de evitar un ajuste más.

Si los regidores se apegan a los hechos, sin quitarle ni ponerle, con eso basta para que pongan en aprietos a la autoridad municipal sobre sus deficiencias económicas, sin necesidad de intentar asustar con el petate del muerto inexistente.

Ojalá recapaciten y muestren, eso sí, una oposición digna, que ya dieron muestra que lo pueden hacer, pero sin hacer uso de las verdades a medias.