Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Desde la primaria nos enseñan que Durango es la tierra del primer Presidente de México, lo cual es verdad pues, José Miguel Ramón Adaucto Fernández Félix nacido en Tamazula, Durango, fue el primer Presidente de México. Lo que no aprendemos en la escuela, porque nadie no lo enseña, es que el general Guadalupe Victoria no ha sido el único presidente de México nacido en Durango. Juan Bautista Loreto Mucio Francisco José de Asís de la Santísima Trinidad Ceballos Gómez Sañudo nació en la ciudad de Durango, el 13 de mayo de 1801. Juan B. Ceballos provenía de una familia con gran influencia y poder en las cuestiones religiosas. Realizó sus estudios en el Colegio de San Nicolás, en Valladolid y posteriormente pasó al Colegio de San Idelfonso, donde estudió Leyes hasta recibir su título de Licenciado en Derecho, ejerciendo su profesión en la ciudad de México. Durante su época de estudiante universitario, hizo amistad con Melchor Ocampo y Santos Degollado.

Ceballos comenzó a ascender en su carrera como abogado y a ocupar diversos cargos públicos. Se desempeñó como diputado federal en 1842 y 1847, secretario general de Gobierno, durante la gubernatura de su amigo Melchor Ocampo (1845-1848) y nuevamente diputado en 1851. Bautista Ceballos era un liberal moderado, figuró en varios Congresos y fungió como gobernador de Michoacán; rigiendo bajo los principios e instituciones republicanas. En 1852, el presidente don Mariano Arista, obtuvo que nombraran al Lic. Bautista Ceballos como Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su trabajo más reconocible durante este periodo fue protestar contra el decreto del 21 de septiembre que suprimió la libertad de imprenta. Juan B. Ceballos obtuvo el poder cuando Mariano Arista renunció a su puesto como presidente. Este envió una carta al Congreso de la Nación y pidió que Juan Bautista Ceballos tomará el puesto de la presidencia como interino. Se aceptó dicha petición y Juan B. Ceballos se convirtió en presidente de la República Mexicana del 06 de enero al 07 de febrero de 1853.

El 19 de enero llamó a una Convención Nacional para la reforma de la Constitución. Su propuesta fue rechazada y disolvió la Asamblea. Los diputados designaron a Juan Mujica y Osorio como presidente interino, pero éste no aceptó. Cabellos se negó a firmar el Plan del Hospicio y entregó el cargo presidencial a Manuel María Lombardini el 20 de abril de 1853. El duranguense formó parte del Congreso Constituyente de 1857, aunque no firmó la Constitución. Al iniciarse la Guerra de Reforma, salió del país y se estableció en París. Ahí pasó sus últimos años de vida, ya que falleció el 20 de agosto de 1859. En su testamento, dejó cinco mil pesos a su albacea, el Lic. José María Lafragua, para que concluyera sus asuntos pendientes. El resto de su fortuna la repartió entre su sobrino José Ceballos Cepeda, hijo de su hermano José Alejandro y Feliciana Cepeda y la Casa de Corrección de Jóvenes Delincuentes. Sus funerales fueron pagados y presididos por el ministro José María Lafragua, en la Iglesia de San Roque, a donde acudieron mexicanos residentes en París, entre los que se encontraban el general Ramón Tavera, el general Ignacio Comonfort, el coronel Juan Orbegozo y Francisco Olaguibel. Licenciado Juan Bautista Ceballos, el otro duranguense presidente.

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