El lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador festejo con miles de personas, acarreadas en un importante porcentaje, un año de haber logrado su triunfo electoral tras prácticamente andar en pos de la Presidencia de la República por 18 años.

En su discurso de poco más de 80 minutos mencionó en tres ocasiones a Durango, y fue para señalar proyectos carreteros que permitirán la comunicación con zonas de la periferia de la entidad, como Canelas-Tamazula; Tayoltita, cabecera municipal de San Dimas con el municipio de San Ignacio, Sinaloa; así como Jesús María, Nayarit con el Mezquital, Durango.

De ahí en adelante, el Gobierno de López Obrador refrendó la marginación que le venía recetando el expresidente Enrique Peña Nieto a Durango, pero quizás en estos primeros siete meses el ajuste ha sido más fuerte, a grado tal que el Gobierno estatal cada vez más incumple con sus proveedores y la obra pública prácticamente ha desaparecido.

La asfixia financiera de alguna manera fue referida el mismo lunes por la mañana por el gobernador José Aispuro Torres, al ser cuestionado sobre su valoración de los primeros meses de Gobierno de López Obrador, específicamente para el caso de Durango.

El Mandatario señaló la percepción de una baja inversión en obra pública, lo cual simplemente refrenda la idea generalizada en buena parte de la sociedad duranguense.

Sobre el particular, el diputado local Otniel García Navarro, de Morena, estableció que la falta de inversión se ha visto en los últimos tres años de la actual administración, ello al intentar defender la falta de atención del presidente López Obrador a Durango.

A la falta de atención del Gobierno encabezado por López Obrador para Durango se tiene que, necesariamente, hacer alusión a la nula ayuda que representa para la entidad contar con cuatro diputadas federales de Morena, que simple y llanamente no hacen gestión por su entidad.

En el pasado, los legisladores priistas se desvivían por hacer notar a la población que habían gestionado tal o cual programa, pero ahora simplemente las legisladoras federales morenistas de Durango se pierden en ese mar de 500 diputados que componen la Cámara de Diputados.

El Gobernador carece de legisladores federales que le ayuden a buscar canalizar alguna partida extra pues ni Martha Olivia García, Maribel Aguilera, Paty Ortega o la suplente de Marina Vitela, la diputada María de Lourdes Montes, han hecho gestión alguna y nadan de muertito, solo cobrando la jugosa dieta que significa ser representante federal.