Por: Daniel Huizar

Nuestro país vive uno de los momentos más catastróficos en materia de inseguridad, tan solo en el mes de mayo se registraron cerca de dos mil 970 homicidios convirtiéndolo en el mes más violento en lo que va del año. Esto hace que los discursos desde palacio nacional vayan perdiendo cada día mayor credibilidad, durante el último año el “distractor” para desviar las carencias y debilidades de nuestro país era sin duda alguna el virus COVID-19 este como dijo nuestro presidente le vino a caer como “anillo al dedo” a la administración gubernamental, sin embargo, mientras las cifras de fallecidos por este virus incrementaban, también lo hacia la cifra de asesinatos dolosos, incluso superando  datos de las administraciones pasadas, por ejemplo; durante todo el sexenio de Felipe Calderón que comprendió del  año 2006 al 2012 fueron asesinadas 122 mil 448 personas, siendo 18 homicidios por cada cien mil habitantes y durante el periodo de Enrique Peña la totalidad de personas según el Inegi fue de 118 mil personas asesinadas, calculando la tasa promedio de 19 homicidios por cada cien mil habitantes. En los dos primeros años de la administración de AMLO, se registraron 69 mil 236 homicidios dolosos teniendo una tasa promedio de 13 asesinatos por cada cien mil habitantes.

Al paso que vamos fácilmente a la finalización del sexenio actual quedará como el más violento de la historia en México. El objetivo y promesa de campaña del gobierno actual era la reducción de homicidios de un 30 por ciento o hasta un 50 por ciento durante los primeros tres años de Gobierno, sin embargo, la estrategia de pacificación del país no da resultados, la amnistía, penas alternativas, militarización del país, no ha sido suficiente.

México está de luto con lo ocurrido hace unos días en Reynosa Tamaulipas, mostrando que el crimen organizado no se preocupa o teme a alguna fuerza policial o algún orden de Gobierno en un lapso de pocos minutos quedaron sin vida 15 civiles que salieron de casa sin imaginar que ya no regresarían, esto sin lugar a dudas detonó la vulnerabilidad en que los ciudadanos nos encontramos en cuestión de seguridad.

Ante el tema, escuchaba a unas personas que decían que ya estaban acostumbradas a este tipo de sucesos en México, solo respondí que “no debemos de acostumbrarnos a estas cifras catastróficas, no debemos acostumbrarnos al caos, no debemos de acostumbrarnos a la inseguridad. Debemos de estar a acostumbrados a salir de casa sin el temor de ser violentados o violentadas, merecemos una sociedad tranquila y ordenada, debemos exigir resultados en materia de seguridad, merecemos una policía confiable y preparada con la cual todas y todos nos sintamos seguros, por eso cada seis años elegimos a lo que consideramos que son los mejores para administrar y gobernar a un país o estado, y hasta el momento nos han quedado mucho a deber”.

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