Por: Quetzal Herrera

Este próximo 1 de julio se estarán cumpliendo dos años del triunfo contundente de aquel político que durante 18 años buscó el espacio que gracias a 30 millones de sufragios pudo por fin cumplir esa meta que se había propuesto, de entonces a la fecha muchas circunstancias se han generado en torno al sexenio de Andrés Manuel López Obrador, quien a través de una elección con una participación histórica del 64 por ciento del padrón electoral, le permitieron generar una enorme expectativa del cambio que nuestro país necesita, un personaje que desde entonces proyectó un camino del combate a la corrupción y a las prácticas que durante años impidieron, según se criterio, el desarrollo de esta gran nación; su estilo cautivó a la sociedad con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida.

Fiel a su estilo, este miércoles tendrá el Presidente una serie de actividades encaminadas a conmemorar dicho triunfo, y a pesar de que las circunstancias desde ese día a la fecha han cambiado, el movimiento en favor de la Cuarta Transformación (4T) continúa. Los pendientes que aún existen deberán tener espacio en la agenda de Palacio Nacional, pues quizá en este momento por encima de cualquier asunto, la pandemia y la inseguridad generan la urgencia de que se tomen las determinaciones necesarias para combatir estos males que siguen golpeando a las familias mexicanas; en el primer caso se torna fundamental la contención del número de contagios para evitar más muertes, pues según datos oficiales estamos cerca de llegar a los 30 mil fallecimientos lamentablemente, por lo que de no generar las condiciones para evitar este crecimiento exponencial, México estaría entregando resultados negativos a nivel mundial en cuanto a la aplicación de políticas en materia de salud que prevengan este crecimiento.

En materia de inseguridad, el tema también obliga a que más allá de cualquier conmemoración, también se puedan definir estrategias que disminuyan el número de asesinatos violentos en nuestro país, pues tan solo en la semana pasada nuestro estado, así como la región del Bajío y en la Ciudad de México, se dieron a conocer hechos lamentables, que nos hablan de que los “abrazos” no han sido del todo efectivos para disminuir los índices de inseguridad. El caso que generó la agenda mediática y social fue el atentado en contra del Secretario de Seguridad en la Ciudad de México, donde lamentablemente tres personas perdieron la vida.

A pesar de la serie de comentarios y argumentos de los voceros de la 4T, señalando como responsables de los hechos a quienes quieren “desestabilizar” a este Gobierno, o a quienes comenzaron a circular la versión que una de las armas con las que se atentó contra Omar García Harfuch entró a territorio nacional como parte del operativo “rápido y furioso”, lo realmente importante no es tratar de desvirtuar o defender una realidad que padece México de unos años a la fecha, donde se trata de que si la estrategia es atacar las causas, debemos entonces esperar los resultados, pues sin duda el tiempo corre y las promesas que se hicieron hace dos años en la materia no han resultado efectivas, incluso muchos sabíamos que esto llevaría su tiempo, que sería imposible que fuera de la noche a la mañana, el problema es que se insistía en ese discurso. Dos años del triunfo que le permitió a López Obrador tener el control absoluto en el Congreso de la Unión, y donde será importante lo que ocurra en el proceso electoral del 2021, precisamente para consolidar su proyecto de nación.

Twitter: @QuetzalH