Por: Quetzal Herrera

No solo los casos de Pío López Obrador, Ana Gabriela Guevara o John Ackerman han provocado duras críticas a este Gobierno Federal, de nueva cuenta el hijo del director de la Comisión Federal de Electricidad, León Manuel Bartlett Álvarez, está siendo otra “piedrita” en el zapato del mandatario federal, pues según la secretaría de la función pública la empresa de la cual es propietario, Cyber Robotics Solutions, habría incurrido en el falseamiento de información en relación al cumplimiento de sus obligaciones patronales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ello durante una licitación realizada en el mes de octubre pasado, lo que le ha costado la inhabilitación para recibir contratos públicos durante un año y nueve meses, así como el pago de casi 900 mil pesos.

Esta sanción en contra del vástago de Bartlett Díaz, a pesar de haberla impugnado hace unos días, se suma a la denuncia que en el mes de mayo del presente año se presentó en su contra en la Fiscalía General de la República por una serie de contratos obtenidos por el orden de los 278 millones de pesos, entre los cuales se encuentra la venta de unos ventiladores al IMSS a un precio por encima de su valor real, lo que representa un posible desgaste en la relación que tiene el exmilitante priista con López Obrador, porque según lo ha expresado el Presidente incluso con el caso de su hermano, que no se habrá de tolerar la corrupción, lo que hace el “junior” no está exento de un señalamiento, porque la información falsa que habría proporcionado en cuanto a las obligaciones patronales, eran para estar dentro de una licitación.

Me parece que hoy, más que nunca, López Obrador debe atender todos los señalamientos que haya entorno a su administración, el proceso electoral del 2021 ha iniciado y ha quedado claro que una de las banderas que ha tomado es directo en cuanto al combate a la corrupción, y de no hacerlo de entrada habría un doble discurso que seguramente impactaría en las urnas; porque si bien la función pública ha impuesto la sanción es fundamental que no se dejen “hilos sueltos” en la acción por parte de la Federación, porque sería un elemento que desde el poder se le arrebate a la oposición.

Está en juego la mitad del proyecto que se planteó el Presidente al llegar a Palacio Nacional en el 2018, donde dentro de la serie de promocionales que se han difundido entorno a su segundo informe señala que “la corrupción arriba se terminó”, en los hechos deben quedar plasmadas las investigaciones y sanciones incluso a su propio hermano, y capitalizar electoralmente esto junto a lo que ha ido declarando Emilio Lozoya. La ruta está más que pintada, pero es necesario dejar en claro que el tiempo se agota si no hay castigos ejemplares, porque hasta el momento la gran mayoría de los temas señalados han sido declaraciones de acusaciones sin el sustento legal, y va llegando el momento en que los mexicanos pidamos claridad en este combate a la serie de corruptelas que sabemos que han existido.

Más que decidir las acciones legales a través de consultas, me parece que el Presidente deberá darle elementos a quienes serán los abanderados morenistas el próximo año para lograr mantener la mayoría en San Lázaro, pero también es un “arma de doble filo” si solo queda en “las mañaneras”, las piedritas o piedrotas que surjan en el camino, deberá darles el trámite correspondiente, claro, apegado a derecho.

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