Por: Quetzal Herrera

Una de las máximas en la política es que “el poder es para ejercerse”, y tal parece que a casi dos años de haber asumido la máxima responsabilidad en el país, Morena apenas comienza a dar señales en la aplicación del poderío que tienen sobre todo en la parte legislativa, pues de cara al próximo proceso electoral del 2021 si observamos los congresos federal y estatal pudiéramos equiparlos con un caleidoscopio, que en cada elección es como si se girara el mismo y el acomodo de colores es distinto, y es precisamente lo que se aplica en nuestra realidad, cada quien agarra lo mejor que tiene para salir a respaldar sus ideologías partidistas.

Comenzaremos con el ámbito federal, pues el pasado miércoles, Morena aplicó una estrategia para eliminar dos bancadas del Senado de la República, y la presidenta de la Cámara Alta del Congreso de la Unión, la senadora Mónica Fernández Balboa, fue quien hizo el anuncio de la desaparición de dos grupos parlamentarios, el del Partido de la Revolución Democrática y del Partido Encuentro Social, ya que la reglamentación estipula que para ser grupo y formar parte de la Junta de Coordinación Política el mínimo de miembros es de cinco, y en el caso que nos ocupa los partidos en mención quedaron con tres y cuatro integrantes, respectivamente; lo que de entrada fortalece al partido del Presidente, a pesar de la salida de Llily Tellez de las filas del “cuatroteismo” representado en dicha cámara, para irse al Partido Acción Nacional, es decir, la operación inmediata de Ricardo Monreal dio frutos para su causa.

Quizá Morena, también ha comprendido que su notoria falta de coordinación y comunicación al interior no solo les está perjudicando como partido político y que traerá consecuencia en negativo para próximos proceso, sino que también están dañando la imagen de su jefe máximo, ya que era muy común ver hace algunos días los señalamientos y acusaciones entre sus propios militantes, lo que sin poder evitar rebotaba en la cancha de Palacio Nacional; y este tipo de operaciones políticas fortalecen lo que el propio López Obrador busca en su idea de la transformación, necesita sobre todo aliados que sean la voz de su proyecto y programas, más que peleadores que estén pensando más en su futuro personal.

Ya en el terreno local algo similar se está haciendo, y es que con la determinación de aprobar las modificaciones en la Ley Orgánica del Congreso del Estado, mediante la cual se permiten las alianzas entre grupos parlamentarios, Morena y el Partido del Trabajo han determinado hacer válida esa opción para presidir durante el tercer año legislativo la Junta de Coordinación Política; lo que deja en claro la línea que están manejando para hacerse del mayor número de espacios camerales previo a las elecciones. Sin duda una muestra del músculo que se tiene y quieren ejercer en este momento.

El Congreso de Durango ha tenido en otras legislaturas las mismas prácticas parlamentarias para generar una mayor fuerza al interior, en otros años incluso el Partido Revolucionario Institucional, cuando ha tenido la mayoría, le ha “prestado” legisladores a partidos como el Verde Ecologista y en su momento al Duranguense, y con ello hacerlos grupo parlamentario y con ello poder tener representaciones en la entonces Gran Comisión. Este tipo de caleidoscopios es válido para el acomodo de fuerzas, y desde luego para sacarle provecho.

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