Por: Quetzal Herrera

Es natural que cuando se ejerce el Gobierno, de cualquier índole, las decisiones que se vayan tomando de acuerdo a la coyuntura estén encaminadas a sacarle el mayor provecho en el terreno político-electoral, aunque a pesar de que en algunos casos el efecto “boomerang” se puede manifestar, el riesgo de asumirlo es una opción no solo práctica sino la más viable, porque lleva implícito el poder de las decisiones; tal es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha dejado de manifiesto que se la piensa “jugar” con por lo menos tres cartas que desde su perspectiva le habrán de redituar, no solo por la necesidad de hacerse presente de cara al próximo proceso electoral, sino porque simple y sencillamente son terrenos donde él se siente más cómodo.

Uno de ellos está relacionado a la detención y extradición del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el sexenio de Enrique Peña Nieto, Emilio Lozoya Austin, con quien han llevado un proceso encaminado a que más allá de que esté encarcelado, sea el principal “soplón” de quienes en su momento recibieron dinero para aprobar la Reforma Energética, porque la principal bandera que se ha tomado desde Palacio Nacional es en cuanto al combate a la corrupción, pues así como lo manifestó el Presidente que poco a poco se irán dando a conocer quiénes se beneficiaron en dichos actos, es previsible que de manera paulatina, y a conveniencia política, se vayan dando a conocer dichos personajes que participaron en supuestos sobornos, y con ello se estaría maquilando desde el poder el “descarrilamiento” de varios políticos que se mantienen con aspiraciones electorales para el próximo año, sobre todo quienes pudieran generarle competencia al partido que tiene la mayoría y sus aliados.

Otro tema que generó polémica, fue el anuncio hecho también por el Jefe del Ejecutivo Federal, quien afirmó que tanto el grito de Independencia, como el desfile se llevarán a cabo el próximo mes de septiembre, eso sí, con las medidas preventivas necesarias, y a pesar de que no dio detalles precisos, la principal lectura que se le puede dar es que a pesar del importante incremento que se ha tenido en el número de contagios y defunciones ocasionados por el Coronavirus, ese escenario donde políticamente puede estar cerca de los ciudadanos no lo dejará pasar, porque representaría más allá de un acto simbólico representativo de nuestro país, un encuentro con quienes son afines a su ideología.

Sin duda la propuesta de reformas al sistema de pensiones sería otro aspecto en el que López Obrador estará centrando parte de su estrategia para reposicionar la ideología que lo ha acompañado los últimos años, y es que a pesar de que falta la aprobación por parte del Congreso de la Unión, se espera que al entrar en vigor sería un importante paso en apoyo a los trabajadores de nuestro país, mediante el cual se le estarán brindando mejores oportunidades para su retiro, y en el terreno político estas importantes reformas le permitirá llegar a uno de los sectores más vulnerables, porque fuera de programas sociales éste sería la principal herramienta que hasta hoy  Gobierno Federal, junto a sindicatos, implementen para mejorar la economía de quienes decidan pensionarse con mejores condiciones que las actuales. Ahora todo dependerá del manejo que a los tres temas se les dé los próximos meses.

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