Por: Quetzal Herrera

Importantes mensajes en cuanto a la independencia del Poder Judicial emitió al cierre de la semana pasada el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien en primer término aseguro que dejará el cargo para el cual fue electo a finales del 2022, y no como lo había propuesto el Congreso de la Unión, en un artículo transitorio de la Ley Orgánica de este poder, dos años más, asegurando que no está en el encargo por “privilegios, sino por principios”, y que a su vez externó esta postura directamente al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien siempre ha defendido el actuar del ministro.

Desde luego llama la atención, de entrada, que esta postura de Zaldívar se da a cuatro meses de la polémica que se generó entorno a la ampliación de su mandato, y en algunos mensajes a través de las redes sociales, no había quedado claro su sentir, y finalmente la semana pasada de forma contundente señaló que solo habría de cumplir su periodo, lo que fue bien recibido por los integrantes del Poder Judicial, pues con ello se sienta un precedente en cuanto a que la justicia debe ser autónoma, por lo que a pesar de que se trabaja en una reforma a este ente, parece que con esta declaración queda de manifiesto que la vocación por la impartición de justicia debe darse desde la cabeza.

Otro de los mensajes que emitió Arturo Zaldívar, fue en relación a lo que está ocurriendo en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pues hace unos días, cinco de los siete integrantes de dicho órgano colegiado, determinaron destituir al presidente, José Luis Vargas, y este a su vez alegó que la revocación no podía darse en este tribunal, y que seguía siendo el titular; en ese sentido el presidente de la corte aseguró que la permanencia de Vargas ya no podía sostenerse y que tendría que hacerse “a un lado”, por lo que él habría también de contribuir a que las cosas se solucionen de la mejor manera, evitando toda crisis que pudiera llegar a la máxima instancia electoral en el país.

Está claro que Zaldívar y Lelo de Larrea no está dispuesto, en lo que a él concierne, en dejar “mal parado” al Poder Judicial en el país, y con ello busca que exista la legalidad y gobernabilidad en los órganos que se encargan de la justicia, más allá de que estas posturas tengan una denotación política por parte de la oposición al partido en el poder, asegurando que puede ser un revés a la decisión que se tomó en el Congreso, en torno a la ampliación de su mandato, creo que el ministro está más enfocado en que exista credibilidad en las resoluciones que se toman en dichas áreas, pues a nadie le conviene que este poder esté inmerso en cuestiones político partidistas que solo distraen la labor que deben desarrollar.

En el caso de José Luis Vargas, me parece que su actuación ha dejado mucho que desear en cuanto a las decisiones que han tenido que tomar, pues de entrada se le ha ligado en distintas ocasiones a una ideología política, y quizá las actitudes en cuanto al retraso de las convocatorias para las sesiones del tribunal, con temas que afectan directamente a un partido, han sido la “gota que derramó” el vaso con sus compañeros magistrados. Finalmente, solo él y su actuar conocerán la verdad, asumiendo desde luego las consecuencias.

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