Por: Quetzal Herrera

Tras el escándalo que desató una relación de empresarios duranguenses, en su mayoría líderes de cámaras empresariales, donde habrían recibido el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico a través de un préstamo, varios escenarios se desprendieron de los hechos luego de la reacción que tuvieron la mayoría de quienes se vieron beneficiados con estos créditos, ya que salieron a decir o que no lo solicitaron o que lo habrían de rechazar; y es que si bien quienes hoy ostentan un cargo al interior de sus organismos es precisamente derivado de que son parte de esa actividad comercial y quizá varía en cuanto al tiempo que le han invertido para levantar esas empresas, pero en honor a la verdad al asumir la responsabilidad de sus agremiados el primer paso sería velar por el interés colectivo.

Nadie dice que los empresarios que salieron a relucir en las listas no estén pasando por una situación complicada ante la pandemia por el Coronavirus que ha generado un “tsunami” económico a nivel mundial, de los empleados que han tenido que mantener con la mitad de su salario o de plano sin pagar nóminas con la garantía de que serán contratados al regresar a la “nueva normalidad”, el asunto se complica cuando no hay una claridad en cuanto a los términos y condiciones que se habrían solicitado para ser acreedores de los créditos, si hubo equidad en cuanto a los empresarios en general que habrían solicitado estos apoyos, y desde luego que genera más inquietud social el hecho de que hay personajes empresariales que el día de ayer comentaron que no habían solicitado tal crédito, es decir, se les otorgó sin una solicitud de por medio según se entiende.

Siempre hemos dicho y reconocido que los verdaderos generadores de empleos son los empresarios, y que los tres niveles de Gobierno deberán ser facilitadores para que ese objetivo se cumpla, y hemos exigido que se otorguen créditos en estos momentos tan complicados, incluso con la redirección de otros rubros como la Fenadu o los uniformes para que sea aplicado a la inyección económica a través de estos apoyos, pero también es fundamental que se hagan con total transparencia y con reglas de asignación claras, pues la sociedad en general aspiramos a que salgan adelante desde el pequeño negocio familiar hasta el gran empresario que genera varias plazas laborales; se trata de equidad.

Lamentablemente los líderes empresariales, que repito, también tienen derecho a recibir préstamos, deberían llevar a cabo una planeación en la asignación de créditos, pues si bien no hay presupuesto que alcance, una equitativa distribución de lo que se consiga entre los miembros de los organismos sería lo más sano, pues cabe recordar que ni todos los empresarios son los que están dentro de estas cámaras y ni tampoco todos los pequeños, medianos y grandes empresarios están adheridos a estas organizaciones empresariales, por lo que la lógica deberá ser la consideración de todos los perfiles para que puedan acceder a estos apoyos.

Quizá esta falla en la operación de los créditos tenga responsables, y a reserva de las decisiones que se tomen en dicho actuar, de ahora en adelante las condiciones y circunstancias deberán ser diferentes, y de entrada tendrá que existir un censo real de las empresas que sí necesitan el respaldo, y con ello hacer la distribución; ojalá sea una mala experiencia que sirva para una mejor y mayor distribución de los recursos; o lo que es igual, “cuentas claras, amistades largas”.

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