Por: Quetzal Herrera

Tras la detención y extradición de Emilio Lozoya Austin, el Gobierno de México ha centrado parte de su estrategia anticorrupción en lo que el hoy testigo protegido apunta y señala con su dedo, pues esta semana dejó en claro, según el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, que poco a poco irá brindando la información que convenga política y legalmente hablando, pues además de supuestamente haber dado nombres y grabaciones de presuntos implicados tanto en los sobornos de Odebrecht para la aprobación de distintas reformas, así como la compra de la planta de Agro Nitrogenados, entre ellos senadores, ahora también apunta hacia el ex Presidente, Enrique Peña Nieto y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Quien hoy en día la sociedad ve como el puente que llevará a la Cuarta Transformación (4T) hacia el combate a la corrupción, además de no haber pisado la cárcel desde su arribo a nuestro país, pareciera que disfruta del beneplácito del fiscal para que la información que proporcione sea de impacto, pues a pesar de no haber hasta este momento pruebas que sustenten sus hechos, me parece que el reclamo social es que tanto él como sus “ex jefes” paguen lo que deben mediante el debido proceso, mismo que deberá ser llevado conforme a derecho y de resultar culpables verlos tras las rejas será ese gran paso que esta administración pueda dar, pues de nada serviría repetir una y mil veces desde campaña todas las “tranzas” que se hacían si no exista la capacidad jurídica para sustentarlo.

Algo que me parece una salida fácil por parte de Gertz Manero, es lo que se anunció ayer en el sentido de que se le decomisó a Emilio Lozoya el equivalente de lo que se le señala por la compra de la planta, en propiedades a su nombre tanto en México como en el extranjero; si esto es verdad, me parece verdaderamente increíble que un Funcionario de ese nivel de Gobierno pueda hacerse de una fortuna por el orden de los 450 millones de dólares; por lo que esta versión tendrá que comprobarse porque esto habla de que son parte de los acuerdos que hay con el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) para irle deslindando responsabilidades sobre todo en la parte de la percepción social que del proceso legal en el que está inmerso, porque en dado caso de que así fuera, el hecho de quitarle o hacerlo que regreso lo robado, no lo exime del delito que se le imputa, y a pesar de que sea un testigo colaborador, el delito tendría que mantenerse con las consecuencias que establezcan nuestras normas.

Queda de manifiesto entonces, que el uso de la información que se va proporcionando sí tiene como destino final lo político, porque esto aunado a la estrategia de tierra a través de los programas sociales que emprende el gobierno de López Obrador, serán las principales cartas de cara al proceso electoral del 2021; la segunda parte de la historia tendría que estar secundada por el partido en el poder para socializar las pretensiones del Jefe del Ejecutivo; incluso pensando en que el dedo de Lozoya seguirá apuntando a los implicados con los casos en mención, donde la cúspide de la estrategia tendrá que ser o que Peña y Videgaray queden detenidos o por lo menos que salgan a la luz los mentados videos que dice Lozoya Austin tener, porque algo es cierto en este momento, él lleva el guión de la película que se escribe desde el poder para el combate a la corrupción del pasado.

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