Por: Quetzal Herrera

Si el movimiento que creó Andrés Manuel López Obrador en el 2011 tuviera un diario de lo que han tenido que pasar, desde su aprobación como partido político en el 2014 hasta la fecha, sin duda estaríamos hablando de varios tomos anecdotarios escritos por sus militantes y simpatizantes, y es que a pesar de ser el partido en el Gobierno Federal, no nos han dejado de sorprender cada día desde el ámbito nacional y desde luego en lo local; la mayor parte del tiempo han estado plagados de grillas internas ocasionadas por los distintos grupos e intereses que ahí se han formado, muchos de ellos sin la aprobación del que manda en Palacio Nacional, quien incluso ha mostrado distanciamiento con ese instituto político, y previo al proceso electoral del 2021 por ahora lo más importante es que salieran respaldando el proyecto de la Cuarta Transformación (4T), más allá de situaciones personales.

Una muestra de lo que ocurre al interior de Morena es lo que ha dado a conocer el actual dirigente nacional, Alfonso Ramírez Cuellar, quien confirmó que se presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República, en contra de la secretaria general, que fungió como presidenta tras el permiso de López Obrador, Yeidckol Polevnsky, pues es señalada por presunto daño patrimonial y lavado de dinero, por la nada despreciable cantidad de 810 millones de pesos en la compra de algunos inmuebles, por lo que deberá iniciar la investigación también en la Fiscalía Anticorrupción, pues según el demandante también se otorgaron algunos contratos anticipados para beneficiar a una empresa de Querétaro de nombre Grupo Ebor. Una situación legal que la política capitalina deberá enfrentar con sus abogados en los próximos días y demostrar su inocencia, pues estamos hablando de una cantidad importante de recursos asignados al partido que encabezó desde finales del 2017 y hasta enero de este año.

Aunado al tema legal, lo que este tipo de señalamientos generan al interior de Morena es en la parte política, partiendo de que en los poco más de dos años que Polevnsky estuvo al frente creó una red de amigos y compromisos por todo el territorio nacional, con delegados y candidatos afines a sus intereses, quizá pensando en buscar la dirigencia nacional como en su momento lo intentó, lo que provocará que quienes compartían visiones partidistas con ella quedarán fuera de la próxima repartición de candidaturas o de plano dejarán de ser quienes tengan “la sartén por el mango” en los estados, pues tal como ocurrió en Durango quienes en los pasados dos procesos electorales decidieron candidaturas estuvieron siempre respaldados por Yeidckol, ahora veremos qué tanto podrían ponerse de acuerdo con una nueva dinámica partidista dictada por Ramírez Cuellar.

El tiempo se agota para los morenistas y en el caso de nuestra entidad parece que ya hay muestras de diálogo, quizá han empezado a comprender que divididos quienes más pierden no son ellos, ni el partido del que forman parte, todo se centraría en un golpe directo al Presidente, por lo que anteponer ese interés al propio o de grupo resultaría en buenos resultados; incluso con la posibilidad de contemplar la alianza que el dirigente nacional está promoviendo como una posibilidad con el Partido Verde y el Partido del Trabajo, todo deberá transitar para elegir a los mejores perfiles, de entrada en el proceso federal, ya veremos si en lo local existen las coincidencias entre los actores políticos.

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