Por: Quetzal Herrera

La nueva forma de gobernar de Andrés Manuel López Obrador había implicado el hecho de no realizar giras de trabajo a otros países, incluso en ninguna cumbre donde nuestro país forma parte ha sido tentador para el Mandatario, y quien lo ha suplido ha sido el canciller, Marcelo Ebrard Casaubón; pero ha llamado la atención que el pasado miércoles el Jefe del Ejecutivo secundó lo dicho por su homólogo estadounidense, Donald Trump, al confirmar que en los primeros días del mes de julio habrá un encuentro en la Casa Blanca, en lo que se convertirá en la primera salida de nuestro Presidente al exterior desde que asumió las riendas de México, donde se espera que de ambas partes se obtengan buenos resultados en sus distintos objetivos, es decir, ambos estarán en busca ganar con dicha reunión.

López Obrador manifestó que este encuentro sería para celebrar la entrada en marcha del Tratado entre Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC), que está proyectado entre en vigor a partir del próximo 1 de julio, incluso se ha hecho la propuesta para que también esté presente el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, pero más allá de que esto se confirme o no, las intenciones de los mandatarios estadounidense y mexicano van más allá de esto, pues a nivel de la coyuntura política a ambos les conviene el apoyo de su “vecino”, pues llama la atención que justo cuatro meses antes de las elecciones presidenciales donde Donald Trump busca la reelección, recibe a quien pudiera generarle mayor penetración social con la comunidad mexicana radicada en aquel país, ya que a pesar de todo existe aún una buena aceptación por el proyecto de nación de la Cuarta Transformación (4T).

Incluso pudiera considerarse un cobro de factura por parte de Trump hacia el Gobierno mexicano luego de un gran “favor” que nos hiciera con el hecho de contribuir hace unos meses a la disminución en la producción de petróleo que sugirió el organismo regulador a nivel mundial, OPEP, ya que el vecino país del norte asumió la cantidad de barriles que le correspondían a México, y con ello regular la oferta, ya que la pandemia generó poca demanda y ello hizo que no hubiera espacio para seguir con la sustracción; y precisamente cuando el aún presidente de Estados Unidos necesita levantar en el ánimo social, sobre todo y de acuerdo a una encuesta publicada por The New York Times que no solo le da una ventaja a su oponente demócrata, Joe Biden, de 14 puntos porcentuales en lo general, sino que dentro de la comunidad hispana la diferencia está aún más marcada, con el 64 por ciento para el exvicepresidente contra el 25 por ciento de Trump.

Para nadie es un secreto que la pieza clave en esta relación, y que en cierto punto le conviene a López Obrador, ha sido el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien se perfila para ser el “delfín” del Presidente mexicano en la sucesión de Palacio Nacional, y este tipo de encuentros sería como una ceremonia de graduación para el también exjefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, ya que su trabajo en los acuerdos para que no se aplicaran los aranceles a productos de nuestro país, así como el operativo para disminuir el cruce de indocumentados centroamericanos por nuestro territorio, ha generado esa buena relación, y ha quedado de manifiesto con el beneplácito de Donald Trump al exponer la disminución en cuanto a la entrada de ilegales de hasta un 97 por ciento; habrá que ver quién le saca mayor provecho a este encuentro.

Twitter @QuetzalH