Por: Quetzal Herrera

De manera cíclica nuestro país al conmemorar el Día del Trabajo, deja en claro que es una asignatura pendiente por parte de los gobiernos encargados de ser los facilitadores para la instalación de empresas, que permitan mayores posibilidades de un ingreso a millones de mexicanos en edad laboral, pues los índices poblacionales tienen un incremento constante, lo que hace aún más complicado mantener una estadística al respecto; y este año no solo no hay nada que conmemorar, pues derivado de la pandemia por el Coronavirus, nuestro país puede alcanzar porcentajes históricos de desempleo, incluso por arriba de las crisis de 1995 y 2009, pues según el Banco de México hay una alta probabilidad de superar los 10.5 puntos porcentuales de desempleo en personas económicamente activas.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), informó que al inicio del mes de marzo de este año, la tasa de desocupación estuvo en 2.9 por ciento, incluso un poco más bajo en relación al mismo mes del año pasado, el promedio que nuestro país ha venido manejando durante los últimos años es de alrededor de los cuatro puntos porcentuales, por lo que de superar el 10 por ciento pondría a México en una situación complicada, pues de entrada y de manera urgente tendría que existir inyección de recurso para aligerar el impacto laboral en miles de familias, pues en este momento las micro, pequeñas y medianas empresas, son quienes han tenido que reducir su planta laboral ocasionado por esta pandemia.

Hace poco menos de un mes, cuando la emergencia aún no estaba decretada pero que ya estaba el Coronavirus en nuestro país, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó que del 13 de marzo al 6 de abril, se habían perdido casi 350 mil empleos formales, y faltaría agregarle lo que se generó durante el mes que acaba de terminar, en el que llegamos hasta la fase tres de contagios, pues la situación complicada en este sentido se mantiene al alza, y desde luego este mismo fenómeno se replica en los países donde este virus ha impactado por diversas razones. Según los especialistas en la materia, nuestro país tardaría alrededor de seis años en volver a la “normalidad”, es decir a los estándares que son el promedio de desempleos.

Otro aspecto en el que se deberán tomar cartas en asunto, será en lo relacionado a los juicios laborales emprendidos por los trabajadores que denuncien alegando despido injustificado, pues a sabiendas de las condiciones en las que han caído las empresas, tuvieron que dejar su espacio de trabajo, pero no por ello buscarán vía legal hacerse de recurso, pues la protección de sus derechos deben estar salvaguardados; por un lado las empresas necesitarán créditos para las liquidaciones de estos empleados que lleguen hasta esta instancia, quienes no han pactado con el empleador algún acuerdo; y por otro lado las personas necesitarán asesoría legal en estos procesos, pues también se estima que podrían duran hasta cuatro años los litigios en este sentido.

De tal forma que hoy es una fecha para preocuparse y ocuparse, son momentos de “buscar el bien sin mirar a quién”, la inyección de recurso a las micro, pequeñas y medianas empresas deben venir o de la iniciativa privada o del Gobierno, pero ya, esto no es política, ni partidario, es justicia para millones de mexicanos que ya están en esa desesperación de no obtener un ingreso.

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