Por: Quetzal Herrera

Finalmente salió humo blanco de la Cámara de Diputados federal, o mejor dicho de una sede alterna donde se aprobó el paquete fiscal de la federación para el 2020, donde se prevé una recaudación de 6.1 billones de pesos, mismo que a través del Presupuesto de Egresos fueron asignados en primer término a programas, obras como el Tren Maya y la refinería, así como para las entidades federativas, estás últimas sin duda las más castigadas, pues tan solo tres estados recibirán un incremento por encima de un punto porcentual, Durango entre ellos con el 1.4 por ciento más que en el 2019; es decir ni los más beneficiados estarán recibiendo lo proporcional al índice inflacionario proyectado para el próximo año, que está por el orden del 3 por ciento. Quizá pensando en que hasta habría reducción en lo que se le asignaría a los Gobiernos de los estados, el hecho de que hayan tenido un aumento, por mínimo que sea ya es algo de ganancia.

Aquí el problema al que se enfrentarán los gobernadores y presidentes municipales, de todos los colores políticos, es que el recurso será muy insuficiente y es casi seguro que buscarán la posibilidad de solicitar créditos para solventar los gastos que tienen en puerta, más allá incluso de pensar en generar obras de infraestructura, las deudas y compromisos inmediatos generan que el manejo de las finanzas esté limitado y obliga no solo a pensar en endeudarse, sino también en ser más creativos y eficientes en la recaudación de sus impuestos, estatales y municipales, pues dichos entes de Gobierno empezarán el año con la asignación de este presupuesto 2020 con un desfase en la proyección, ya que todos los insumos que necesiten para sacar adelante sus administraciones, tendrán ese incremento inflacionario, y desde luego no será proporcional a lo que se recibirá.

En el caso del Gobierno del estado y del municipio de la capital, ya se auguraba que una de las alternativas sería la solicitud de créditos que les permitan hacer frente a sus compromisos, en el caso del ejecutivo estatal ya se habla de un monto aproximado a los mil 500 millones de pesos; y por parte del Ayuntamiento de Jorge Salum del Palacio, aún no se define el monto pero según el propio alcalde la posibilidad de esta solicitud crediticia está cada vez más cercana, y seguramente es el mismo escenario para el resto de los municipios de nuestro estado, quienes no solo tienen la carga que les dejaron sus antecesores, sino que ahora enfrentarán una realidad más complicada de austeridad, incluso con la posibilidad de hacer recortes en el personal que labora en dichas administraciones municipales.

La carta fuerte que ha manejado el presidente López Obrador en este su primer paquete fiscal, hecho de principio a fin por su equipo de la Secretaría de Hacienda, está destinado a los programas sociales, mismos que si bien no terminan por generar un proceso económico más sólido, sí permite tener en ciertos grupos la posibilidad de obtener becas para su manutención; lo que para bien o para mal a los entes estatales y municipales no les representa salir de sus broncas financieras, pues el fortalecimiento en el caso de las obras importantes de infraestructura no se pagará con estos apoyos, pues creo que un rubro que también debería ser prioridad son obras en las entidades que generen el desarrollo de las mismas.

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