Por: Quetzal Herrera

Quizá para muchos no fue una sorpresa el hecho de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), propinara un “revés” al Instituto Nacional Electoral (INE) con la resolución de los nuevos partidos, y es que por lo menos tres de los casos que se trataron en la sesión de dicho tribunal avalaron el mismo número de partidos que podrán participar en el próximo proceso electoral del 2021, y en los casos en mención de alguna u otra forma se visualizan ligas con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a su vez busca no una alianza electoral para junio, sino que la apuesta central es en San Lázaro.

Y es que la estrategia estaría diseñada para evitar una sobrerrepresentación de un solo partido en la próxima Legislatura Federal, pues ha sido un tema a discusión en el ámbito legal porque cuando un partido, alianza o coalición, obtienen  la mayoría de los distrititos uninominales en disputa, y tras la repartición de las curules por la vía de la representación proporcional, quien gana puede meter más legisladores de acuerdo a la votación obtenida, y con esta estrategia que desde el punto de vista de Palacio Nacional iría por buen camino, se pretendería que una vez asumiendo en el mes de septiembre del próximo año, ya unidos obtengan no solo la mayoría simple, sino que el objetivo sería obtener la absoluta para poder respaldar los proyectos de la segunda parte del mandato de López Obrador; acción desde luego válida y colmada de una buena estrategia, pues de paso se buscará quitar votos al resto de los partidos.

De tal forma que estaríamos hablando de seis de los 10 partidos que en este momento estarían autorizados con su registro, quienes tendrían ascendencia directa con la Cuarta Transformación (4T), a decir de Morena, PT, Partido Verde, Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza Social por México, estos dos últimos con el respaldo de organizaciones de trabajadores que acostumbran a practicar el voto corporativo; y ya dentro de la Cámara Baja representar un verdadero “tsunami” legislativo, e impulsar los proyectos de este Gobierno.

Desde luego esta aprobación de los nuevos partidos, además de representar la asignación de mayor presupuesto para su operación, en el caso de Durango se estaría generando también una serie de reacciones en cadena al momento de la selección de los perfiles que habrán de ser sus abanderados, y quienes no obtengan espacios dentro de Morena, bien podrían estar considerando otras opciones políticas para participar, pues quienes se acaban de incorporar a la contienda, que ya inició, deberán estar pensando en perfiles competitivos que les permitan aspirar al triunfo, y por lo menos en el caso de Redes Sociales y de Fuerza Social, Hugo Rosales Badillo y Cristhian Salazar, respectivamente, podrían encabezar a planillas que puedan estar en la pelea.

Esta historia apenas comienza y con el transcurso de los días veremos hasta dónde le habrá resultado al Presidente la estrategia, lo que es cierto es que estos nuevos institutos políticos ejercerán presión al interior de Morena, pues con la serie de problemas que se han generado ellos mismos, quizá mejor la apuesta del que manda en Palacio Nacional sería la conformación de éstos porque la disputa morenista no tiene pinta de terminar en unidad, eso creo.

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