Por: Quetzal Herrera

La estrategia política de selección de dirigencias y candidaturas en cada partido, lleva implícito el riesgo en cuanto a la credibilidad, pues durante la hegemonía priista la mayoría de las decisiones se tomaban bajo el conocido “dedazo” y había una férrea disciplina por parte de sus militantes, a pesar de que también había grupos que impulsaban distintos proyectos; en el caso específico de Morena la encuesta se ha convertido en su principal herramienta para elegir a sus abanderados, así como a su dirigencia, el asunto es hasta dónde sí es confiable este método y cómo queda la militancia tras los resultados.

Desde la elección interna para elegir a su dirigencia nacional, Morena se vio envuelto en una serie de acontecimientos que despertaron de manera natural muchas dudas, cuando quien mostraba más conocimiento de la sociedad, el caso de Porfirio Muñoz Ledo, quien incluso ya se había nombrado ganador de la contienda contra el actual líder Mario Delgado, dejó de manifiesto que no había mucha claridad en el procedimiento; así como lo que ha ocurrido en los 15 estados donde habrá renovación de las gubernaturas, ya que la operación “cicatriz” ha tenido que ser inmediata para evitar deserciones de los miembros de este partido.

En este caso incluso, el Instituto Nacional Electoral (INE), afirmó el pasado viernes que este instituto político ha mostrado opacidad en las encuestas que ha realizado, ya que por lo menos en cinco de estas 15 entidades, Morena no documentó la información del gasto que se erogó por la aplicación de las mismas, todo dentro de la fiscalización para el periodo de precampañas, donde uno de los estados que el organismo electoral señaló fue precisamente en Guerrero, donde de acuerdo a la encuesta realizada el ganador de la misma fue Félix Salgado Macedonio, hoy con posibilidades de quedar fuera de la contienda. Por lo que este partido tendrá cinco días para hacerle llegar la información al “árbitro electoral”.

En el caso específico de Durango, donde no está en juego la gubernatura, y con el registro de 202 aspirantes al Congreso del Estado, el nuevo delegado del CEN de Morena, el diputado Ignacio Mier, señaló en rueda de prensa que el método de selección será bajo encuestas, y que de ahí saldrán los abanderados que irán de la mano con el Partido del Trabajo, lo que habla de la confianza que tiene la dirigencia en este método; pero el asunto de fondo radica en la credibilidad de las mismas, pues nada fortalecerá más a los “morenos” que el mecanismo sea transparente y real, pues ello permitirá que salgan más fortalecidos a la contienda de junio, porque cuando los datos y resultados de estos ejercicios no son del todo claros, pueden existir divisiones entre los grupos al interior.

Nacho Mier tiene una enorme responsabilidad en nuestro estado, pues no solo hablamos de que deberá sacar este proceso “rechinando de limpio”, sino que su trabajo debe estar enfocado más pensando en el 2022, por lo que de las cuentas que le otorgue a Mario Delgado este año, dependerá en gran medida hacia qué grupo podrían estar perfilando al Gobierno del estado, porque el trabajo en equipo no solo es en los mensajes mediáticos, sino también ya en el trabajo de campo, así como en lo electoral, rubro que aún no termina de “cuajarse” porque no hay una estructura consolidada, es decir, la “chamba” es mucha y ahí recaerá el presente y futuro inmediato del partido del Presidente en Durango.

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