Por: Quetzal Herrera

Siempre se dijo que el regreso a la “Nueva Normalidad” sería de manera gradual, comenzando con la reactivación económica en negocios bajo ciertos esquemas de prevención, con el propósito de bridarle la posibilidad a miles de familias que viven de lo que comercializan para sobrevivir, pero quizá muchos ciudadanos interpretamos ese regreso paulatino como la “luz verde” para andar en la calle, y lo que ha provocado que las alarmas a nivel nacional se vuelvan a prender derivado del incremento exponencial dado en los últimos días, pues apenas esta semana que comienza empezarán a contabilizarse casos originados con la movilidad social que hay en nuestro estado, en donde por cierto Durango ocupa lamentablemente los primeros lugares en este rubro.

En tan solo una semana tuvimos en nuestro estado más de 200 casos confirmados más, por lo que llegamos prácticamente a los 600 en lo que va de la pandemia, y los principales municipios siguen siendo la capital y la región lagunera, donde por cierto el gobernador del estado, José Aispuro Torres, decretó en coordinación con las y los alcaldes de la zona, la suspensión de las actividades no esenciales, y con ello evitar el incremento en el número de contagios por Coronavirus; pues con tristeza hemos asumido un rol de irresponsabilidad social, al grado de estar a nada de colapsar el sistema de salud en la entidad, según lo manifestado por el secretario de salud, Sergio Romero, lo que nos llevaría a una importante crisis si no ponemos de nuestra parte.

Uno de los riesgos principales de los mensajes enviados por las autoridades en general es la relajación en cuanto a los riesgos por parte de la sociedad, pues quizá mucha gente al ver que por ejemplo en el caso del Presidente, quien definió regresar a sus giras, eso provocó que tomaran ese ejemplo para incluso programar fiestas y festejos en estos días; el regreso paulatino tampoco estuvo ligado a un “salgan todos a la calle”, por lo que ante ese medidas como las anunciadas por el ejecutivo estatal tendrían que darse, incluso en los demás municipios también tendrán que reconsiderar  los esquemas de prevención.

Otro aspecto grave que dejó entre ver esta irresponsabilidad social, es el fallecimiento y contagios del personal médico, pues en el primero caso se conoció que dos galenos lamentablemente perdieron la vida y algunos más han dado positivo junto con enfermeras y personal del sector Salud; nuestra primera línea de contención está debilitándose porque no hemos sido capaces de mantener la sana distancia cuando tenemos que salir a la calle por algo que necesitemos, o simplemente por no quedarnos en casa cuando no hay motivo para salir; no podemos permitirnos que quienes están dando la batalla desde el primer momento sean los más expuestos por esta movilidad social.

Estamos ante uno de los momentos más complicados de la pandemia, misma que nos va ganando la batalla, pues de acuerdo a las cifras a nivel nacional y la proyección que se tiene de alrededor de 30 mil fallecimientos, aún no hemos llegado a la mitad de ese pronóstico, y seguramente el pico está cada vez más lejos. Es por nuestra salud, por nuestras familias, por no llegar a un punto donde no haya regreso en cuanto al colapso del sector salud, es tiempo de acción entre Gobierno y sociedad, es un trabajo en conjunto, o de plano las medidas tendrían que endurecerse, pues no estamos poniendo de nuestra parte.

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