Por: Quetzal Herrera

En su segunda visita a nuestro estado, el presidente Andrés Manuel López Obrador, fiel a su estilo de gobernar, ha dejado varios mensajes tras su acto en el municipio de Gómez Palacio, lugar hasta donde acudió luego de estar en Chihuahua, y donde los casi 38 grados de temperatura no impidieron para que hubiera una presencia importante de ciudadanos; y de este evento oficial podemos desprender los escenarios que mantienen en la agenda a los tres niveles de Gobierno.

Lo bueno. En este sentido el jefe del ejecutivo federal vino a hacer entrega de diversos apoyos a los habitantes de La Laguna, mismos que forman parte de los programas Integrales para el Bienestar, que se traducen en las becas de capacitación llamadas “Benito Juárez”, como parte de una importante estrategia que ha implementado en su administración denominada “jóvenes construyendo el futuro”, y que de manera simbólica se entregó en dicha visita. De igual forma en esta visita echó a andar “la tanda para el bienestar”, acción que está encaminada en apoyar a las amas de casa con créditos de hasta seis mil pesos para quienes ya tengan un negocio y con este recurso deseen ampliarlo y mejorarlo, con lo que se promueven las condiciones del autoempleo para este sector de nuestra sociedad. A pesar de ciertas críticas a estos apoyos, sin duda entre los habitantes de nuestro país han sido bien recibidos.

Lo malo. Es ya una costumbre de López Obrador hacer “consultas” a mano alzada, situación que le ocasiona recibir bastantes críticas al respecto, pues creo que una decisión de esta naturaleza deberá estar fundamentada por un estudio detallado de la viabilidad o no de un proyecto como el del metrobús, obra que por cierto del lado de Durango no muestra avance a comparación de lo que ocurre del lado de Coahuila, pues se sabe que en el trayecto Matamoros-Torreón ya se ha ejercido recurso, por lo que el tramo Gómez Palacio-Lerdo es el que está detenido, y precisamente con el anuncio de la cancelación, según lo dicho, el recurso habrá de redireccionarse a obras de agua, así como al hospital de La Laguna. Esta obra estaría dejando alrededor de un millón 200 mil personas de la zona metropolitana lagunera sin la posibilidad de un transporte de estas características, tan solo con la decisión de unos cuantos.

Lo feo. Es claro que mientras existan gritos jamás habrá diálogo, donde prevalezca la cerrazón, el encono y el enojo, no habrá posibilidad alguna de transitar en un verdadero escenario de gobernabilidad. Lamentable el hecho que los asistentes de manera sistemática estuvieron increpando al gobernador del estado, hasta sacarlo de sus casillas, ya que si bien es cierto el Ejecutivo estatal mostró firmeza en su actuar, me parece que no debió engancharse con quienes a eso iban, a provocarlo, puesto que se puede mostrar con los pies bien plantados sobre el escenario, pero sin caer en esas provocaciones. Claro que somos humanos y en ese momento podemos reaccionar de distintas maneras, pero me parece que al ser una tendencia general en los eventos presidenciales, lo más natural era estar preparados para ello. Incluso esta mala acción de los asistentes fue lo que permeó en la agenda mediática.

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