Por: Quetzal Herrera

Nadie ha dicho que gobernar sea una tarea sencilla de realizar, máxime cuando ante cualquier propuesta o acción a implementar implica afectaciones o modificaciones en nuestro estilo de vida o rutina, ya que es verdad que difícilmente se logre una unanimidad en cuanto a la aprobación de estas decisiones, y claro que influye de manera directa en el índice de aprobación o desaprobación de un ente gubernamental; pero a pesar de los pro y contras específicamente en el caso del anuncio del reinicio de los trabajos de la ciclovía sobre la calle de Laureano Roncal, lo que llama la atención es que haya sido el alcalde Jorge Salum del Palacio quien asuma el costo social y político de tal decisión, a pesar de que es una obra implementada por el Gobierno del estado a través de la Secope, dependencia que desde un inicio llevó a cabo un nulo proceso de socialización, y a pesar de ser el municipio aliado en estos trabajos, el Alcalde asumió las críticas y señalamientos que le hicieran los propios vecinos, es decir agarró “el toro por los cuernos”.

A nivel de comunicación, Salum del Palacio transita en una línea muy delgada entre quienes están a favor y en contra, y a pesar de las muestras de apoyo y rechazo, comunica varias cosas, de entrada al asumir ese rol de dar la cara a la ciudadanía para exponer al escrutinio público una decisión que lleva elementos que podrían aligerar algunos elementos que han estado en contra propiamente de esta obra, pues dice que se elimina la parte de cajones que estaba destinada a que los vehículos se estacionaran, además el hecho de que la ciclovía tendrá un solo sentido, esto involucra parte de las solicitudes que se expusieron de manera general ante esta vía, y con esto comunica que hay apertura para buscar una mayor aceptación; de igual forma el hecho de reconocer que aún le falta la socialización habla de que no es un proceso concluido entre los vecinos principalmente, a quienes les pide comprensión ante lo que esto les pueda ocasionar.

En materia política, el Alcalde comunica eso que muchos esperamos de los gobernantes, que si bien sus decisiones estarán muy señaladas y criticadas, hay determinación en la toma de decisiones, pues en el caso que nos ocupa la decisión fue continuar con la obra, al igual de haber existido una determinación al otro sentido, también se recibirían críticas; a pesar de esto hay a quienes nos gusta que se comunique con la verdad, insisto que podrá gustar o no el estilo político o administrativo, pero ese ya es un asunto que quizá la gente lo apruebe o repruebe en su momento, a lo mejor en un proceso electoral, pero lo que también creo es que se deben decir las cosas como son, sin ponerle ni quitarle, y un servidor lo ha dicho en varios espacios, un político que pregona la congruencia comunica seguridad en sus acciones.

Las ciudades no son y no serán potencia mundial por contar con una ciclovía, sin duda, pero habrá que entender que los procesos que nos han tocado vivir no solo involucran cambios para la disminución del uso de los vehículos, sino que Gobierno y sociedad tendremos que buscar los mecanismos para otras alternativas, seguras, de movilidad, en cualquier núcleo poblacional; por ello la comunicación llega a ser el fondo y la forma de las cosas, pero al final de cuentas son acciones que se tendrán que dar, hoy o en 20 años, pero se harán.

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