LA GRILLA DEL PÁJARO… Lo que hemos dejado de hacer como sociedad
13/01/2020 - Hace 5 años en MéxicoLA GRILLA DEL PÁJARO… Lo que hemos dejado de hacer como sociedad
Por: Quetzal Herrera
Seguramente muy pocas personas o quizá solo el pequeño que disparó en el Colegio Cervantes de Torreón supo los motivos para realizar tan lamentables hechos, probablemente sus circunstancias lo llevaron a que poco a poco fuera diseñando su plan que no únicamente terminaría con su vida, sino con la de alguien más, lo que es un hecho es que nadie de su círculo más cercano pudo percatarse de algún problema o síntoma que advirtiera el momento por el que atravesaba, no hubo quién tuviera un acercamiento y escucharlo; lo que sí es casi seguro, es que esta decisión no fue tomada de la noche a la mañana, y los hechos han sacudido a una sociedad que en verdad no necesita de estas tragedias para entender, a tiempo, que algo estamos haciendo mal como sociedad, que estamos inmersos en un mundo donde a pesar de la tecnología aún hay procesos que pueden ayudarnos a que asuntos como la salud mental sea una verdadera aliada de nuestros procesos de enseñanza y aprendizaje como individuos, en la parte familiar, social y laboral, pues me parece que cada quien debemos ser constructores de algo que no queremos que pase.
“La escuela es la segunda casa, pero la casa es la primera escuela para nuestros hijos”, es una frase que tiene toda la verdad entre sus palabras y define perfectamente el rol que cada ente en la enseñanza de las futuras generaciones tiene, ya que delimita en el caso de las instituciones educativas la responsabilidad de fomentar el aprendizaje entre sus aulas, y se ha convertido en el segundo hogar, tanto por el tiempo que pasan ahí los estudiantes, como por la parte de la convivencia que se debe generar. Por el otro lado en la casa, como padres, la obligación y responsabilidad es la parte de los valores, y que ambas cosas en una sinergia constante deberán generar adolescentes y adultos con las bases fundamentales para enfrentar esta realidad que nos ha tocado vivir; por lo que es normal que si hablamos de pregonar con el ejemplo, habrá que hacer una verdadera valoración de nuestro actuar, pues nadie estamos exentos de lo que hemos dejado de hacer.
La salud mental en términos de políticas públicas, lamentablemente cuenta con recursos mínimos para llevar a cabo su trabajo de prevención, y me consta que se hace lo que se puede con lo que se tiene, ya que si en este momento a nivel nacional este rubro fuera prioritario, tendría una mayor asignación de presupuesto, pues por increíble que parezca tienen más dinero los partidos políticos que áreas tan sensibles como esta. En el estado y en la capital, por ejemplo, el Instituto de Salud Mental, encabezado por la doctora Soledad Ruiz Canaán, y el Instituto Municipal, que dirige la maestra Patricia Meraz Espinoza, llevan a cabo campañas constantes de pláticas en instituciones educativas, donde gracias a sus oportunas intervenciones se han detectado casos de depresión, ansiedad, baja autoestima y desregulación emocional, al grado de identificar a jóvenes que incluso han atentado contra su propia integridad, a quienes se han canalizado a diversas áreas para su atención.
Existe también una campaña donde se habla de “escuchar a nuestros hijos”, las actitudes, el ánimo y desde luego sus compañías, pues a pesar del alto estrés que nos toca vivir diariamente, por diversas circunstancias, estoy convencido que la atención a nuestros hijos redituará no solo en su bienestar y felicidad, sino en la mejora constante de las actitudes ya como sociedad. Y ojalá estos esquemas de prevención sean pronto una prioridad para todos.
Twitter @QuetzalH