Por: Quetzal Herrera

La semana pasada se renovó la dirigencia de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), delegación Durango, y quien obtuvo la victoria fue el arquitecto Raúl Montelongo Nevárez, quien junto a su equipo de trabajo estarán al frente de este organismo hasta el 2023; un proceso donde la planilla que encabezó, SUMA, obtuvo 390 votos contra los 324 de su opositor, Jaime Alberto Nevárez, por lo que desde el instante en que asumió en esta responsabilidad, los retos no se harán esperar, pues a pesar de las condiciones en las que se encuentra la economía a nivel mundial, el gremio constructor deberá tener una buena expectativa con esta nueva administración.

Raúl Montelongo sabe de la importancia que reviste el hecho de tocar las puertas en los diferentes niveles de Gobierno, con el propósito de que se proyecten y ejecuten obras en nuestra entidad, pues es uno de los principales reclamos de los constructores, quienes desde hace tiempo y derivado de la pandemia no han tenido suficiente trabajo, por lo que esta naciente administración deberá estar del lado de todos y cada uno de sus integrantes, sin distingos de ningún tipo, porque finalmente se le debe apostar al crecimiento general de las empresas que generan empleo e invierten en infraestructura para poder desarrollar las obras, porque el riesgo principal en este momento, es que tengan que cerrar justo por esa falta de circulante.

El nuevo presidente de la CMIC deberá también, con  trabajo, limpiar la imagen que se tiene de este organismo, sobre todo hace poco más de un año, cuando se generó una disputa precisamente por la dirigencia, pues de entrada fue muy bien visto por la opinión pública el hecho de que la planilla que no obtuvo la victoria lo reconoció de forma inmediata, para dar paso a la toma de protesta de la nueva mesa directiva, un primer mensaje que Raúl Montelongo debe aprovechar para llegar a los acuerdos necesarios con todos los integrantes de esta cámara, independientemente de si estuvieron a favor o en contra de su proyecto.

Otro reto, que no es menor, es el hecho de buscar que quienes por diversas razones salieron de esta Cámara, puedan regresar, porque me parece que en estos momentos tan complejos en cuanto a la economía, los constructores deben estar unidos, porque de esta forma representarán una mayor fuerza para ejercer presión ante las instancias que llevan a cabo la distribución del recurso que está destinado para obras, por lo que Montelongo Nevárez tendrá la responsabilidad de seguir sumando miembros a la CMIC, así como el hecho de fomentar la armonía entre quienes ya forman parte del gremio, y hasta donde sé este rubro el nuevo presidente lo tiene muy claro, y de hecho ya planea un nuevo formato para trabajar al interior, dándole la importancia que merece a cada constructor.

Raúl Montelongo llega también con un equipo de empresarios de la construcción que conocen la forma de operar de la cámara, y sin duda podrán ser la balanza que incline las cosas para lograr el bien común, por lo que los próximos dos años de su administración deberán sentar las bases de una nueva y mejor comunicación al interior, pero ser solidarios y unidos para lograr que este año no sea tan austero como el anterior, y dependerá en gran medida si, del recurso de la federación, pero también del trabajo coordinado que desde la CMIC se haga, y me parece que el nuevo presidente lo tiene muy en claro.

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