Por: Quetzal Herrera

Este domingo, Durango amaneció con la noticia del fallecimiento de un personaje que durante muchas generaciones dejó huella de cómo debe ser el servicio público, Pedro Ávila Nevárez, “Pedrito” como todos quienes lo conocimos le decíamos de cariño, un líder social que nunca se despegó de su discurso y acciones en favor de quienes más lo necesitan, quien más allá de su lealtad al Partido Revolucionario Institucional su vocación siempre estuvo del lado de la gente sin importar colores; acción por la cual ha sido el propio gobernador, José Rosas Aispuro Torres, quien mediante un video difundido a través de sus redes sociales, afirmó que solicitará a la familia que los restos del exdiputado federal descansen en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Desde mi punto de vista un acto, además de generoso por parte del Ejecutivo Estatal, muy merecido por la labor que en vida realizó Ávila Nevárez, pues una de sus principales acciones que marcó a Durango fue la gestión para la instalación del cuerpo de bomberos, corporación que hasta la fecha goza de buenos resultados por parte de sus elementos ante la sociedad; además de su incansable labor para poner el nombre de nuestro estado muy en alto; defensor de las causas en favor de las familias más vulnerables, incluso mientras ostentó cargos de elección popular alzó la voz ante cualquier autoridad subrayando cuál debería ser la finalidad del ejercicio del poder, no para enriquecerse, decía, “sino para ayudar a los pobres”.

Políticamente, Pedrito quizá debió haber tenido más espacios de representación popular, pero ello no le impedía ser un verdadero referente para todos los candidatos del Revolucionario Institucional, estar con él, que acompañara a los recorridos y eventos a los abanderados tricolores era algo básico cuando se quería enviar un mensaje de unidad al interior del instituto al que siempre defendió; su visión en respaldo de sus ideales no respetaba investiduras porque decía lo que pensaba, y el hecho de sentir el respaldo de Ávila Nevárez era de gran fortaleza en las aspiraciones electorales de muchas generaciones que a su lado caminaron, su experiencia en la interacción social daba muestras del cariño que la gente le tenía, algo que no muchos políticos consiguen, porque su autenticidad era la mejor manera de comunicarse con las familias duranguenses.

Para muchas familias fue un verdadero héroe, incluso para aquellos que en las fechas decembrinas no tenían la posibilidad de recibir ningún tipo de apoyo, era tradicional ver filas interminables a las afueras de su organización, Frente Cívico “Adolfo López Mateos”, cada 24 de diciembre, para recibir lo que había gestionado ante las autoridades; sin duda un personaje ilustre contemporáneo quien se despide quizá no con los homenajes que se merece por esta pandemia en la que nos encontramos, pero que con esta propuesta del gobernador de que forme parte de la Rotonda, me parece que es algo que Pedrito se ha ganado “a pulso”.

Seguramente esta propuesta tendrá voces en contra, quizá muy pocas, pero tan solo basta ver cómo todo el día de ayer personajes de todos los partidos políticos e ideologías han reconocido en Pedrito al ícono de la gestión social, a través de diversos mensajes vía redes sociales, un hombre que provocó la admiración de los militantes de su partido, así como el respeto de sus adversarios, sencillo pero a la vez fuerte en sus convicciones, y así fue hasta el último día de sus 83 años de existencia.

Descanse en Paz, Don Pedro Ávila Nevárez.

Twitter @QuetzalH