Por: Quetzal Herrera

Qué difícil es tratar de entender a quienes se han convertido en los principales opositores de un movimiento que inició el hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador, con la idea de unir conceptos políticos y partidistas para lograr el objetivo que lo tiene despachando en Palacio Nacional, y que en ese trayecto quienes se incorporaron al final de cuentas están mostrando criterios totalmente adversos a una herramienta fundamental que le ha dado resultados al jefe político de Morena, que es el diálogo y la construcción de acuerdos.

Desde luego hay quienes salen a defender los postulados morenistas o de la «Cuarta Transformación», pero siempre se ven opacados o por un escándalo como el caso de nuestra entidad con la renovación de la dirigencia estatal, que lo mismo ocurrirá en próximas fechas en lo nacional; pero también con las desafortunadas declaraciones del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien afirmó que en la elección del 2018 “le robaron la elección, y por eso Dios los castigó”; declaración que retumba en lo más profundo de la indolencia e impotencia de muchos mexicanos, pues sin mencionar los nombres todos sabemos que se refiere a la exgobernadora y al exsenador poblanos, que perdieron la vida el pasado 24 de diciembre, y muchos mexicanos aún desconocemos qué fue lo que ocurrió. Quizá con esta “sandez” el mandatario de aquella entidad no midió los efectos que sus palabras pudieron haberle ocasionado a los hijos de los referidos de manera indirecta, así como a sus familiares y amigos; perdón pero ese ni es el ejemplo de López Obrador, ni es la forma en cómo gobierna.

Ya en lo local, es en verdad reprobable que las cosas cada vez sean más complicadas entre dos grupos, al grado de que quien hasta hoy es el encargado de la dirigencia, Armando Navarro, haya solicitado la presencia de la fuerza pública para llevar a cabo las cuatro asambleas distritales el día de mañana, dos en la capital, una en Gómez Palacio y otra en Guadalupe Victoria. Es verdaderamente lamentable que en una organización política, porque no sé si sea partido, tengan que llegar a estos extremos, de tener que cuidarse ellos mismos, pero además, insisto, puede ser la antesala de lo que vendrá a nivel nacional si es que desde Palacio Nacional no hay un “manotazo en el escritorio” para poner las cosas en orden.

El capital político de Morena aún puede ser rescatable en nuestra entidad si hacen lo mismo que hizo el Presidente en campaña, unir, pues es la fórmula más sencilla para que puedan mantener el poder, si bien son en Durango sólo cuatro distritos electorales federales en juego para el 2021, lo cierto es que todos se van a necesitar cuando se busque consolidar la mayoría para el segundo trienio de la «4T». A este escenario de renovación en lo local, se le suma la llegada de un nuevo “superdelegado”, ya sea hombre o mujer, y sin duda será factor determinante para su inclinación hacia uno de los grupos, o quizá quien llegue pueda ser ese factor de unidad, pero para no variar, en este carril del Gobierno federal, también los “estira y afloja” están a la orden del día.

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