Por: Quetzal Herrera

Una y otra vez los ciudadanos nos hemos percatado que los gobernantes en función ahora están más expuestos al escrutinio social, y que cualquier acción que desarrollen será supervisada a través de los distintos medios, como las redes sociales; en el caso del presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, en los últimos días ha estado en la mira de quienes han considerado que su Gobierno ha fallado en temas como la pandemia por el Coronavirus y la forma en cómo el país más poderoso del mundo desde el inicio de esta emergencia tuvo una reacción tardía, lo que le ha generado que hasta el día de ayer se contabilizaran un millón 770 mil casos registrados, llegando a poco más de 103 mil defunciones, y mientras las cifras aumentan, el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas tuvo el tiempo suficiente de ir a jugar golf, lo que por supuesto le ha producido saldos negativos en sus intenciones reeleccionistas, pues cabe recordar que en noviembre de este año buscará estar otros cuatro años más al frente de la Casa Blanca.

No obstante lo anterior, desde el pasado 25 de mayo el Gobierno de Trump enfrenta otra fuerte crisis derivada de la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd, quien perdiera la vida a manos de un oficial de la policía de Minneapolis, quien tras ser sometido con una rudeza innecesaria tuvo este fatal desenlace, lo que ha provocado que los ciudadanos estadounidenses lleven a cabo protestas en prácticamente toda esa Nación, pues acusan a este Gobierno de operar protocolos racistas, pues según la información que se ha generado a nivel mundial el posible acto delictivo, por lo que fue acusado no era para esas prácticas, ya que se habla de que a través de una llamada al 911 por parte de un joven empleado de la tienda Cup Foods, supuso que Floyd estaba entregando un billete falso, y al tratar de ser arrestado, dijo a los oficiales que sufría claustrofobia y al intentar someterlo uno de los policías puso su rodilla en el cuello del detenido, lo que terminaría por quitarle la vida.

La sociedad en general, sobre todo la población afroamericana de los sectores político, empresarial, deportivo, cultural y deportivo han expresado su repudio a estas prácticas, y a pesar de que el oficial Derek Chauvin, responsable de los hechos, ya está detenido acusado de homicidio en tercer grado, la administración de Trump continúa recibiendo los ataques y señalamientos de un sector enardecido por estas prácticas racistas, y donde difícilmente esta crisis le permitirá a Trump mantenerse en el cargo los próximos cuatro años, pues si bien es cierto que el huésped de la Casa Blanca no giró esa instrucción, en este momento es el principal responsable y su desgaste social y mediático durante los próximos días tendrá un efecto negativo.

No existe Gobierno que no esté expuesto a los ojos ciudadanos, las redes sociales por ende han jugado un papel importante en la forma en cómo nos expresamos, desde luego cualquier reacción política o mediática emergida desde el Despacho Oval no podrían contener estas manifestaciones, lo que sin duda influirá en el proceso electoral en el que ya están inmersos. Desde luego queda de manifiesto que ningún Gobierno tiene ningún tipo de control en cuanto a su planeación, siempre pueden existir situaciones, como ésta, que derrumben cualquier tipo de estrategia electorera, y considerando desde luego lo que está en juego, por ser el país qué es.

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