Por: Quetzal Herrera

El proceso electoral de este año va tomando niveles de tensión entre diversos actores políticos en nuestro país, donde un día existen señalamientos y acusaciones, y al otro día también, tal es el caso de lo que ha venido ocurriendo entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el Instituto Nacional Electoral (INE), principalmente quien encabeza el consejo general, Lorenzo Córdova, y esta semana se daba a conocer por parte del órgano electoral que las conferencias mañaneras del Jefe del Ejecutivo deberán ser canceladas en cuanto a su transmisión total a partir del mes de abril del presente año, ello con la finalidad de que exista “piso parejo” en el proceso electoral de junio.

Esta declaración tuvo respuesta del propio López Obrador al afirmar que no está de acuerdo y sobre todo que no pueden prohibirle seguir informando a los mexicanos de las acciones que su administración emprende; y de acuerdo al INE, hay declaraciones que tienen un sesgo político para beneficiar al partido del Presidente. Todo esto desató un intenso debate en redes sociales en respaldo a ambas posturas, porque a pesar de que en los dos casos existen argumentos válidos, creo que todo encaja en un asunto de interpretación de la Ley, pues se estipula que durante el periodo electoral no se podrán difundir imágenes de logros oficiales, porque se supone que esto representaría que no exista ventaja para ningún partido.

Por otro lado, los medios de comunicación pueden, considerando un hecho totalmente informativo, difundir alguna acción gubernamental, que es justo lo que Lorenzo Córdova ha dicho, que los medios pueden tomar extractos de “las mañaneras” y difundirlas a criterio periodístico, lo que el INE busca es impedir que vía esta exposición mediática AMLO exponga comentarios en contra de la oposición  y a favor de sus candidatos afines. Claro que el Presidente se mantendrá en el argumento de que este ejercicio es solo para informar a la población, y seguramente esta postura involucrará el hecho de la planeación y distribución de las vacunas contra el COVID-19, y que por ello es necesario mantener informada a la población, y desde luego que tiene razón y hasta cierto punto tiene sentido.

El riesgo siempre existirá de que de alguna u otra forma, quizá hasta haciendo un juego de palabras, López Obrador o algún miembro de su Gobierno generen expresiones de apoyo para algún partido, tan solo el hecho de hablar del esquema de vacunación le estaría generando buenos dividendos en lo electoral.

Pero esto ha sido solo uno de los “rounds” que llevan entre López Obrador y el INE, pues de unos meses a la fecha han dejado sentir sus diferencias respecto a distintos temas, por ejemplo el hecho de la consulta que el Presidente solicitó para juzgar a los expresidentes, que el instituto electoral rechazó y fue el tribunal quien ordenó que se hiciera, sí con un cambio de fecha y con otra pregunta, pero fue un revés al jefe del ejecutivo; y otro “encontronazo” fue lo relacionado a la solicitud que hicieran algunas organizaciones políticas para obtener su registro como partido, y fue el instituto quien rechazó a quienes simpatizan con la Cuarta Transformación (4T) y aprobó el partido de Felipe Calderón, a la postre las cosas se revirtieron pero sin duda estas diferencias continuarán a lo largo de este proceso.

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