Por: Quetzal Herrera

A través de un video difundido este fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador invitó al exmandatario Felipe Calderón Hinojosa a seguir luchando como lo hizo él en su momento, y a manera de “consejo” le dice que convoque a movilizaciones de forma pacífica y con ayuda de quienes son sus amigos y lo ayudaron a obtener el triunfo en el 2006; ello luego de que se diera a conocer el resultado de la votación de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), donde se rechazó la propuesta de otorgarle el registro como partido político a México Libre, organización que encabeza al lado de su esposa Margarita Zavala.

De este posicionamiento me parece que se desprenden dos lecturas por parte del Jefe del Ejecutivo: Por un lado trata de dejar en claro que no tuvo ningún tipo de influencia en la determinación de los consejeros para negarles el registro, y fiel a su estilo habla de una “justicia divina” tras lo que ha señalado por varios años del supuesto fraude electoral del 2006, incluso pone como ejemplo que tanto Lorenzo Córdova como Ciro Murayama, en aquel tiempo, estuvieron a favor de su triunfo; por otro lado, López Obrador no oculta en su mensaje que esta resolución lo tiene de buen humor, pues hasta bromea en el caso de que Calderón quiera llevar este asunto hasta instancias internacionales, en Nueva York por ejemplo, donde tras una sonrisa confirma que es el lugar donde se encuentra García Luna.

En este caso en lo específico de México Libre, claro que la decisión del INE se presta a que pudo existir alguna operación para negar este derecho, ya que el jueves por la noche la comisión de prerrogativas y partidos políticos del instituto había avalado la documentación para dicho registro y la noche del viernes las cosas cambiaron porque hubo quienes cambiaron el sentido de su voto, a diferencia del Partido Encuentro Solidario, donde avalaron el sentido en el que salió luego de la revisión y análisis en dicha comisión.

Hay quienes festinan la determinación del INE, sobre todo los seguidores de López Obrador, quienes a través de las redes sociales han encontrado en este asunto la “revancha” de lo que sucedió en el 2006; pero más allá de que tengan razón o no, me parece que todos debemos velar por el respeto a la autonomía del árbitro electoral, porque justo unas horas antes del arranque formal del proceso electoral del 2021 no es bueno que inicien con el “pie izquierdo” o con dudas respecto a su desempeño, por el contrario creo que deben dejar en claro que luego de un análisis responsable y apegados a la legalidad decidieron no darle su registro a México Libre, porque a nadie, absolutamente a nadie le conviene que el órgano garante de las elecciones tengan el término de parciales en la toma de decisiones.

Por su parte, Felipe Calderón deberá agotar todas las instancias legales que tenga a su alcance si en verdad busca que a través de un partido político podría ser una verdadera oposición, hasta hoy desaparecida del ámbito nacional; o si de plano la ruta que habrá de marcar será siguiendo la “recomendación” del Presidente en cuanto a las movilizaciones; porque otro escenario sería buscar, como organización, “asilo” en un instituto político afín a sus intereses, y volver a plantear su solicitud atendiendo lo que le observaron. No sé si es justicia divina o terrenal, lo cierto es que por lo pronto no habrá un partido más a este desgastado pluripartidismo de nuestro sistema político, cada vez más desacreditado.

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