Por: Quetzal Herrera

Los ánimos se tornan cada vez más intensos dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), derivado del proceso interno por el que están atravesando, máxime cuando estamos ya a poco más de una semana de conocer a quien habrá de dirigir este instituto político a nivel nacional, la disputa está entre Ivonne Ortega Pacheco y Alejandro Moreno Cárdenas, quienes, a través de sus equipos, han mantenido una serie de señalamientos y descalificaciones dirigidas al contrincante, lo que hace pensar que quien obtenga el triunfo deberá buscar cerrar filas a su proyecto, porque lo que menos le conviene en este momento a los priistas y sus estructuras, es la división.

En estos días llamaron la atención las declaraciones del delegado regional en Chihuahua del candidato Moreno Cárdenas, el diputado local Esteban Villegas, quien señaló directamente al senador Miguel Ángel Osorio Chong de no tener calidad moral para hablar mal del campechano, pues asegura el exalcalde que mientras el Legislador federal estuvo como Secretario de Gobernación, fue quien negoció “en lo oscurito” la derrota tricolor en las gubernaturas de Durango, Chihuahua, Aguascalientes y Tamaulipas, y lo acusó de haberle fallado a la militancia con esas acciones en los procesos del 2016.

Al margen de este proceso interno del PRI, estas acusaciones han subido el nivel del debate, pues además que se tiene que probar lo que se dice, si esta acusación llega hasta sus últimas consecuencias, la nueva dirigencia nacional tendría que tomar cartas en el asunto, pues si de algo se han quejado dentro del partido fundado por Plutarco Elías Calles, es de las diversas traiciones que se han gestado en todos los niveles, amén de las salidas de militantes que durante años formaron las filas de ese instituto, y acciones como las que se señalan le abonarían a que exista un mayor desencanto y derive, incluso, en poca participación el próximo 11 de agosto, día de la votación.

Alejandro o Ivonne, quien llegue a ocupar la dirigencia nacional deberá iniciar por hacer una limpia profunda del priista en el territorio nacional, saber con qué activos cuentan y tratar de reestructurar muchas cosas que por años fueron desvaneciendo la credibilidad de los mexicanos; desde luego no es un partido acabado, pues tiene importantes cuadros con experiencia en política y en el servicio público, pero más vale rehacerse conociendo a detalle quiénes han manifestado lealtad, y de ahí empezar a construir sus escenarios de cara a las elecciones del próximo año con la renovación de algunas gubernaturas, así como el reto de lograr más legisladores en la Cámara de Diputados en la elección del 2021.

Estos señalamientos continuarán seguramente los próximos días, tanto de un lado como del otro, es normal que cada quien busque “llevar agua a su molino” con su candidato, y que bueno, por un lado, que haya interés, de quienes aspiren, por rescatar al PRI, aquí lo importante es que los priistas no se equivoquen y puedan sacar un proceso limpio, que les permita salir ante la sociedad como una opción que aún se mantiene en la pelea.

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