Por: Quetzal Herrera

Una de las reglas no escritas en la política es aprovechar las coyunturas que se te presentan para buscar “limpiar” el camino en tus propias aspiraciones, es por eso que quizá quien está haciendo lo propio es la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien luego del proceso de investigación que su administración inició por los acontecimientos del pasado 3 de mayo, cuando se desplomó un sector de la línea 12 del metro, mediante la empresa noruega DNV se dieron a conocer los resultados de una primera valoración de un total de tres que se harán, donde destaca que se derivó de una falla estructural en su construcción.

El asunto es que, durante la rueda de prensa, donde estuvo presente la jefa de Gobierno, se destacó que estos primeros resultados de la falla fueron ocasionados por falta de pernos, soldaduras incompletas y la utilización de diversos tipos de concreto, así como el hecho de que no se respetaron los planos originales en el proceso de construcción en el año 2012. Pero llama la atención que en lo que se refiere al mantenimiento de los rieles y las líneas de conducción todo se encuentra de forma normal, es decir, que lo que se hizo en el tiempo de Marcelo Ebrard cuando fue jefe de Gobierno, ha sido el primer señalamiento de la empresa contratada, y no lo que el Gobierno de Sheinbaum ha hecho, con esto marca un precedente que la carrera para el 2024 ya está en marcha.

La jefa de Gobierno parece que se “lava las manos” de los hechos ocurridos el pasado mes de mayo, de paso arremete de forma indirecta contra el canciller mexicano, quien ha sido señalado como uno de los miembros del gabinete del presidente López Obrador con más posibilidades de sucederlo en el 2024, pero que este tema de la línea 12 del metro sin duda le ha restado no solo a Ebrard Casaubón, sino al partido gobernando en la capital del país, de ahí parte de los resultados del pasado 6 de junio, cuando el que era considerado un bastión morenista perdió parte del territorio de la capital; me parece que la pérdida lamentable de 26 vidas humanas y los más de cien heridos tuvo sus consecuencias en las urnas.

Quizá Claudia Sheinbaum no busca quién se la hizo, sino quién se la pague, y posiblemente comenzará a utilizar esta investigación de la empresa DNV primero como reacción en lo electoral, pero quizá ve en este asunto la posibilidad de posicionarse como la más viable rumbo a Palacio Nacional, porque en la “fotografía” del momento político en el que nos encontramos actualmente en el país, solo ella y Marcelo Ebrard podrían representar la continuidad que el presidente estaría buscando en un sucesor, por lo que esta disputa apenas comienza, y durante los próximos dos años seguirá teniendo sus consecuencias hasta llegar el momento de la nominación.

Ahora bien, ¿Por qué suponemos que la intención de Sheinbaum es utilizar la investigación a su favor?, simple y sencillamente porque de no haberle convenido los resultados de este primer proceso de investigación, ni siquiera hubiera estado en la rueda de prensa, al estar y puntualizar que los trabajos de mantenimiento del actual Gobierno de la Ciudad de México se han realizado de forma constante y eficiente, habla de que la responsabilidad no recae en sus manos, sino en quién autorizó y construyó esa obra, y resulta que todas las miradas apuntan a Marcelo.

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