Por: Alejandro Flores de la Parra

¿Que por qué estaba tan preocupado López Obrador, por lograr la mayoría en la Cámara de Diputados, en junio pasado? Resulta que, ni porque había sido una instrucción directa del presidente a sus legisladores y principales operadores políticos, para que, al costo que fuera, la Comisión Permanente de San Lázaro convocara a un periodo extraordinario en el Congreso de la Unión, para que se pudiera subir al Pleno la discusión de la «Ley de Revocación de Mandato»; pues no, ni así se logró. Imagine usted, amigo lector, ahora que inicia la siguiente Legislatura y la mayoría que aún poseerá, no será tan abrumadora y, cuando tenga temas urgentes y apremiantes para la política presidencial, ¿cuánto batallará y cuánto tendrá que negociar el Ejecutivo?

Esta fue una lección para quien piensa que el poder que tiene Andrés Manuel, es implacable y abrumador, pues él mismo se ha dado cuenta de lo necesarios que son sus aliados, como el Partido del Trabajo, que esta vez no se preocupó en dar gusto al líder morenista y no le otorgó la mayoría calificada que era indispensable, para lograr apresurar la aprobación de la iniciativa antes de que concluyera la presente Legislatura. Además, también fue claro que no puede depender de su secretaria de Gobernación para operar con el Legislativo, por lo que la figura de Ricardo Monreal en el Senado, es más que indispensable, pues ha mostrado ser efectivo, lo que también le regresa importancia y presencia rumbo al 2024; sin ello, está visto que el macuspano, no puede todo solo.

Si presionar al bloque opositor, aquel del que se hacía mofa por su falta de peso en el Congreso, no dio resultado ahora, una vez conformada la nueva Legislatura este próximo 01 de septiembre, seguramente habrá de sacar canas verdes a quien está acostumbrado a operar con su dedito, pues los números en las bancadas, lo han dejado sin uña. Ahora, una cosa es tener aliados y, otra muy distinta, es tener subordinados, cosa que no entendieron y que podría, también, significar un reto en lo que hace unos meses visualizaban como ‘pan comido’, pues los partidos Verde y del Trabajo, venderán muy caro su amor, ya que el poder, siempre llama a las hienas.

Así que si en su proyecto, estaba que cualquier reforma caminara como deslizándose en el hielo, al conocer la composición de las bancadas y darse cuenta que sus aliados lo serán hasta que sus intereses los alcancen, deberá replantear su estrategia y lograr acuerdos más definitivos tanto con los legisladores, como con los estados, pues si bien los tiene ahorcados por el pescuezo con las restricciones presupuestales, la efectividad de su táctica podrá irse diluyendo, pues arriero que vende mula, o tira coz, o recula.

Twitter: @AlejandroFdelaP