Por: Alejandro Flores de la Parra

El pasado sábado, las autoridades locales anunciaron que, debido al incremento en los casos confirmados de COVID-19 de hasta un 600 por ciento en la entidad, se tomarían una serie de medidas sanitarias restrictivas, buscando evitar la incontrolable propagación del virus y que ello derive en la saturación de los sistemas de salud, lo que impida la oportuna atención de los casos que requieran de asistencia médica y tratamientos en hospital.

Dos días después, en la conferencia matutina de la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador aseguró que la pandemia del COVID-19, en nuestro país, “no nos desbordó, no nos rebasó” y pidió no quedarnos inmovilizados en nuestras casas, pues “ya hay una luz que indica que vamos a salir del túnel”. Al 15 de junio, para la semana 25 (del 15 al 21 de junio), el semáforo de riesgo reporta 16 entidades en naranja y 16 en rojo. Durango se encuentra en Naranja, con alrededor de mil casos confirmados, con un riesgo de propagación alto, aunque se considera estable.

Apenas la semana pasada, algunos funcionarios del Gobierno de México aplaudían la incorporación del subsecretario y vocero para el tema del COVID-19, Hugo López-Gatell, al equipo de expertos que habrá de trabajar de manera conjunta en la elaboración de una estrategia global para combatir la pandemia. Algunos se desbordaban en halagos, exaltando la gran capacidad del Funcionario y que, por ello, la Organización Mundial de la Salud, le invitaba a incorporarse. Pareciera que tienen la necesidad de aplaudirse y tener un reconocimiento del exterior, como cuando se dijo que los funcionarios sauditas aplaudieron la tenacidad de la secretaria Rocío Nahle, siendo que solo festejaban que, por fin, se había llegado a un acuerdo. Así, el subsecretario, recibió la invitación porque México es uno de los países que conforman la OMS y, como todos, tendrán un representante, independiente de sus capacidades, sin que yo trate ni me sienta con la capacidad de ponerlas en tela de juicio. Lo que es cierto, es que la OMS había instado a la federación mexicana a mostrar coherencia en los mensajes dirigidos a su población, ya que, a decir de los expertos, había disparidad en los mensajes enviados por las autoridades sanitarias y el resto de sus acciones, lo que el Funcionario aseguró, no era así.

Desde el inicio, su mensaje era claro, «Quédate en casa», mientras el Presidente pedía que siguieran saliendo y se abrazaran. La curva de contagios seguía creciendo y tuvieron que cancelar la movilidad de la presidencia y los actos masivos, lo que parecía que, al fin, habría de seguirse el mismo camino. Sin embargo, en la parte más alta de una curva que no se aplana, el López Obrador decidió seguir con sus giras y, algunas imágenes, evidencian que no se siguen protocolos y se exponen, innecesariamente a quienes asisten.

Así, entonces, cada entidad sigue las medidas que considera necesarias según su situación, mientras el mensaje de la federación es ambiguo, confuso y hasta contradictorio, por lo que seguiremos enfrentándonos a lo desconocido, mientras algunos acusan de lenguas viperinas, dando dobles discursos.

Twitter: @AlejandroFdelaP