Por: Alejandro Flores de la Parra

Mientras a nivel nacional continúa el desgarre de vestiduras por la consulta para designar al dirigente nacional de Morena, ya que el INE pretende realizar una tercer encuesta debido al empate técnico en el que quedaron Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, donde Muñoz Ledo quedó arriba apenas un 0.05 por ciento del que representa, para la gran mayoría de los morenos duranguenses, la esperanza para quedar bien y aspirar a un cargo en el futuro inmediato; a nivel local pareciera cocinarse una alianza que cada vez se ve más factible entre el PRI y el PAN.

En caso de cristalizarse, son varias las lecturas que pueden darse alrededor de ella.

La primera y fundamental, es cómo impactaría en la mente colectiva, si además logra empatarse la elección con la consulta para “enjuiciar expresidentes”, al manifestarse el PRIAN, del que a diario nos hablan desde Palacio Nacional como el causante de todas nuestras desgracias, en una casilla dentro de la boleta electoral, ya que votaríamos con un volante en la mano que nos recordará que la corrupción en México existe por esa alianza fáctica y de poder.

Además, en esta alianza, de llevarse a cabo, muy probablemente incluirían a Movimiento Ciudadano (MC), donde “casualmente” acaba de integrarse el priista Oscar García Barrón y, por supuesto, el gran aliado del PAN, el PRD.

Esto podría, entonces, ayudarnos a dilucidar que la llegada del Profe a MC, quizá, no es un berrinche que lo llevó fuera de su partido, sino un estratagema que daría al PRI, una gran ventaja en el momento de ponerse a negociar las posiciones para las que se aliarían y, entonces, muchos de los que daban por perdido a OGB, tendrían que guardarle un lugar en sus respetos, para no quedar mal con uno de los que tendrán la decisión en las asignaciones.

Por otro lado, suena fuerte el rumor de que, quien coordinará los candidatos del PAN, será el mismísimo Adrián Alanís Quiñones, otro priista que, incluso siendo Secretario General del Gobierno panista de José Rosas Aispuro, aceptó que tiene arraigo hacia el Instituto que lo formó políticamente y, aunque ahora podría ponerse una capa azul para dirigir los destinos electorales, podría operan en conjunto y a favor de quienes lo tienen aún cercano en las altas esferas del priismo local.

Si a esto le sumamos que, el rival a vencer, es en realidad el refugio de muchos cuadros priistas que en 2018 vieron una gran oportunidad para sumarse a las filas de la ola morenista que vendría impulsada por López Obrador y, así, posicionarse muy rápido entre las preferencias electorales, estaríamos hablando de que, en Durango, casi sin darnos cuenta y en nuestras narices, el PRI logró posicionar a todos sus cuadros activos y hasta quienes parecían estar relegados y olvidados, por lo que, casi como en una jugada maestra de este ajedrez político, estarían dando jaque mate a todas las corrientes políticas y dejando a quienes pretendían dar a la ciudadanía un cambio, mirando desde la baranda cómo, una vez más, el PRI les comió el mandado y va por la bola ocho para ganarles el juego después de acomodar todas sus bolas en la mesa.

Si alguna vez hemos dicho que el PRI ha sido la escuela política de lo demás partidos, hoy debemos criticarle que ha sido una mala escuela, porque a pesar de todo, los otros partidos parecen no haber aprendido nada y han dejado de ser los alumnos que superan al maestro, para ser aquellos que, año tras año, tienen que repetirles la lección.

Twitter: @AlejandroFdelaP