LA PALABRA DEL GIOCONDO… La resaca…
Por: Alejandro Flores de la Parra
Se acabaron las campañas, se llevó a cabo la elección y se entregaron las constancias de mayoría a los 39 ganadores para empezar sus administraciones en 82 días. En el recuento, llama la atención que el PAN logra quedarse con 18 ayuntamientos (dos en solitario y 16 en la coalición «Unamos Durango» con el PRD), el PRI obtuvo 16, Morena solamente dos y Movimiento Ciudadano, el Partido Duranguense y el PT, tendrán un ayuntamiento bajo su encargo. Esto supone un trabajo coordinado y relativamente tranquilo para el gobernador del estado, quien también fue recibido por un ambiente de colaboración y respeto en la mayoría de las administraciones municipales que están por concluir. Quizá la única que había sido renuente hacia sus proyectos, era la de la capital, que a partir de septiembre estará encabezada por Jorge Alejandro Salum del Palacio y, por tanto, habrá de trabajar en armonía y conjuntando esfuerzos por el bien de la ciudad.
Cabe destacar, en este proceso electoral, el desempeño del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana y sus consejeros, no sólo por la gran difusión que se dio en medios de comunicación locales sobre los procesos de registro, las campañas y la jornada electoral, sino por la certeza jurídica en sus resoluciones (avaladas por instancias federales en materia de derecho electoral) y su actuar diario en el entorpecido andar de una elección tan poco común, como este proceso 2019. Además, la campaña #YoSíVoto, que invitaba a la ciudadanía a cumplir con su responsabilidad civil de elegir a quienes se encargarán de los servicios y recursos municipales y que, dicho sea de paso, serán los que inciden más directamente en la vida diaria de la sociedad civil. Es por todo esto que, con herramientas tan novedosas y de gran impacto positivo en los resultados, como el PREP Casilla (que permitió conocer los resultados de una manera casi inmediata), no se mostraron inconformidades que afectasen la entrega de las constancias de mayoría por parte de los consejos municipales y culminó el proceso en un ambiente de paz y tranquilidad.
¿Qué sigue ahora? El estado quedó dividido, prácticamente, en dos fuerzas políticas que concentrarán 34 de los 39 municipios. Entre el PAN y el PRI, deberán buscar dar resultados inmediatos a los votantes y tendrán que trabajar en conjunto con el Gobierno estatal de José Rosas Aispuro Torres para fortalecer y reafirmar su mayoría en esos municipios, si es que pretenden llegar consolidados a la elección de gobernador en 2022. Más vale que hayan aprendido la lección que la ciudadanía les dio el año pasado y que mostró que, así como da, quita. Asimismo, ambos partidos deberán hacer una purga interna que les permita una cohesión total y la unificación de objetivos políticos, ya que, en ambos casos, se dejó ver que existen grupos hacia el interior que, con tal de perseguir sus intereses, no les importa debilitar el trabajo conjunto. Quizá en el caso del PRI, este trabajo de introspección sea mucho más urgente y necesario, debido a que, en la capital, fue claro que sus sectores y agrupaciones, no cobijaron del todo al proyecto de Arturo Yáñez Cuéllar, dejando que quedara en un lejano cuarto lugar, posicionando sólo a dos regidores dentro del cabildo.
Mientras pasa la resaca electoral y los próximos ayuntamientos van conformando sus equipos de trabajo, para nosotros los ciudadanos empieza el trabajo de seguimiento y de ponernos palmo a palmo con los Gobiernos a definir el futuro y trabajar por el desarrollo de nuestras ciudades.
Twitter: @AlejandroFdelaP