LA PALABRA DEL GIOCONDO… La sequía opositora
Por: Alejandro Flores de la Parra
La lluvia ha llenado de verde campos y praderas en casi todo México, pero a los que no les ha llegado ni una gota, es a la oposición al presidente de la República, pues es hora que no ha germinado la semilla de aquel personaje que verdaderamente pueda poner a temblar al implacable paladín del Palacio Nacional.
Su más reciente estocada, fue abrir la caja de Pandora respecto a su sucesor, dando pistas, pero sin descartar, dando oportunidad a todos y a ninguno, mientras eso ocupa la agenda mediática y política. Sin duda, cuenta con un amplio abanico de posibilidades y, aunque ninguno está en su mejor momento, todos pueden construir o fortalecer su perfil durante dos años más. Esta puede ser una jugada muy hábil, que ponga a todo su equipo a meter el acelerador y, con ello, podría garantizar que se den resultados; pero podría ser una movida arriesgada si, al sentirse todos competencia, empieza una guerra interna, con fuego amigo y con todos los trapitos, de todos, expuestos al ojo de la ciudadanía.
Hoy en día, a diferencia de los periodos de Luis Echeverría, López Portillo o Miguel de la Madrid, que solían hacer estas mismas prácticas, quien llegase a ser el ungido, no se le garantiza la gloria, sino que deberá luchar por ella, a muerte, en unas elecciones que se pueden vislumbrar peleadísimas desde ahora. El problema es, quién las peleará…
El PAN no tiene ni para elegir a su presidente nacional y anda batallando para decidir al coordinador de su bancada en San Lázaro para el próximo periodo legislativo, lo que lo desdibuja en la búsqueda de posicionarse en la agenda. Nadie habla del PAN sino como de una oposición entendida, pero sin materializar, que dista mucho de tener un nombre poderoso para llenar las primeras planas ca vez que haga declaraciones.
El PRI, con su pugna interna, con un Alejandro Moreno que no quiso dejar la dirigencia de su partido para incorporarse al Congreso, lo que habla de que su silla está prendida con alfileres y en cualquier descuido pueden destronarlo.
El que se dice tercera opción, el Movimiento Ciudadano, no ha sabido (o quizá ni sea su tirada) salir del señalamiento para pasar a la propuesta, no ha sabido capitalizar a sus alfiles más agresivos y no ha tenido cómo hacer que la gente les crea que son, de verdad, una opción para gobernar.
Entre la lluvia, se están ahogando, no les moja y no les reverdece, pues no han dado muestras de vida y solo siguen existiendo en la sombra que los ha mantenido viviendo en una sequía opositora. Mientras ellos se debilitan, aún sin ser muy fuertes, los peones presidenciales están por llegar al final del tablero, para ver cuál de ellos se corona y se convierte en la reina del baile del pueblo, que les coma el mandado y los deje, como al chinito, no más “milando”.
Twitter: @AlejandroFdelaP