Por: Alejandro Flores de la Parra

El presidente López Obrador expuso, a nueve días de los comicios federales del 2021, que pretende presentar, ante el Congreso de la Unión, tres iniciativas de reforma que sean impulsoras del desarrollo de nuestro país. La primera de ellas, sería para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE); la segunda, una reforma electoral y, la tercera una sobre la Guardia Nacional.

La reforma eléctrica, a pesar de haberse votado en las Cámaras y de que haya sido aprobada por la mayoría que aún conservará en la próxima Legislatura, ha propiciado que la inconformidad de terceros que gozaban de contratos vigentes, promovieran amparos ante juzgados de Distrito en Materia Administrativa, Especializados en Competencia Económica, Radiodifusión y Telecomunicaciones, donde jueces como  Juan Pablo Gómez Fierro y Rodrigo de la Peza López Figueroa, otorgaron más de 13 suspensiones indefinidas a sus efectos y consecuencias, mientras el Poder Judicial resolvía las acciones de inconstitucionalidad presentadas por varios Senadores ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esto ha provocado que, el presidente, quiera modificar la Constitución, para que no haya motivos que impidan reforzar de manera efectiva a la CFE.

En materia electoral, dice López Obrador que México debe garantizar que exista independencia y que, quienes participen en los órganos electorales, no respondan a intereses de grupo y sean genuinos demócratas. Al menos, con los resultados obtenidos que le siguen favoreciendo, ya no habla de desaparecer el Instituto Nacional Electoral ni los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), sino de reformar la manera de elegir a los integrantes del Consejo General. Además, esta reforma incluiría eliminar las figuras de representación proporcional (plurinominales) tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República. Esto, como siempre se vuelve tema en las elecciones intermedias, donde los partidos en el poder, se sienten más fuertes y, sin duda, representaría un gran ahorro presupuestal que, claramente, sería bien recibido por una sociedad que está harta de mantener a la clase política. Sin embargo, esto reduciría la representatividad social que podría verse mermada, en donde una mayoría en el Congreso de la Unión, representaría solo a una mínima parte de los ciudadanos, pues quienes sean electos en las urnas, podrían ser electos hasta con un tercio de los votos, donde participa menos de la mitad de los ciudadanos que tienen la capacidad de hacerlo. Visto de esa forma, sería una minoría la que decida por la mayoría, además de poner en entredicho la división de poderes, como se ha visto en este sexenio.

De la Guardia Nacional, se habla de integrarla a la Secretaría de la Defensa Nacional, algo que a nadie sorprende, pues desde su conformación, exintegrantes de la milicia fueron activados en una estructura organizacional totalmente espejo de nuestras fuerzas militares.

A final, los cambios son importantes y necesarios para lograr el desarrollo. El problema es cuando, éstos, parecieran estar más enfocados en un retroceso que en dar pasos hacia adelante, con el sello de quien añora un pasado que podría incidir en las reformas del presidente.

Twitter: @AlejandroFdelaP