Por: Alejandro Flores de la Parra

Muchas han sido las veces que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha desdeñado las críticas realizadas por la prensa nacional e internacional. En su ensimismada manera de gobernar, ha vilipendiado medios, periodistas, expertos y hasta ha descrito de forma inquina e impía a cuanto se ha atrevido a juzgar su desempeño al frente del gobierno, como conservadores, mezquinos y hasta les ha acusado de estar enojados por ya no recibir supuestos beneficios que antes llenaban sus bolsillos, retórica que repiten sus huestes informales en las redes sociales que acusan de inacción y apatía sobre cosas del pasado, que fueron toleradas y, por supuesto, eran mucho peores.

Sin embargo, los otros datos, nuevamente han jugado en su contra, así como aquella vez que el periodista Jorge Ramos le increpó su desdén, refutando que eran datos suyos, de su Gobierno, datos oficiales que nadie había inventado y que estaban al alcance de todos como reporte del propio Gobierno de México. Así, el Inegi dio a conocer esta semana la encuesta sobre los ingresos y gastos de las familias mexicanas en 2020, donde reveló que el 10 por ciento de los mexicanos más pobres, a pesar de los programas sociales que se pregonan como la moderna panacea para temas históricos, hoy lo son aún más. Esa misma encuesta, revela que las familias mexicanas destinaron un 40 por ciento más, de sus ingresos, a temas de salud, otro de los temas en los que López Obrador asegura que vamos “requetebién”, donde la adquisición de medicamento y la necesidad de solicitar consultas al sector privado por saturación de hospitales a causa del COVID-19, redujeron la capacidad de compra de cada familia.

Pero mientras el Gobierno de México está gastando millones en parques de pelota, hay otras necesidades urgentes, como la mejora en infraestructura y equipamiento tanto de hospitales, como de las escuelas que han permanecido vacías por más de un año, ante un inminente regreso a clases. Otros de los datos que, ni los programas sociales ni la retórica lopezobradorista van a cambiar, si no se toman acciones desde el gran Palacio en el que se hospeda el presidente.

Este domingo, en la Consulta Popular, donde como el papá que no quiere aceptar que está perdido en la carretera, con ganas de no llegar a ningún lado, deberían incluir si los mexicanos estamos de acuerdo en que se sigan evadiendo realidades y que se sigan “ahorrando” el dinero que se salva de la invisible corrupción de este Gobierno, o si preferimos que el destino de nuestras contribuciones vaya directamente a solucionar los problemas a los que sí nos enfrentamos los mexicanos, porque más allá de quienes quieren minimizar los problemas o despreciar las críticas o hasta las proyecciones de las calificadoras internacionales, existe un México que sigue enfermo y no ha recibido su medicamento, porque las dosis de programas sociales ya no quitan el dolor y no podemos seguir viviendo en un país donde lo que duele, son los verdaderos “otros datos”.

Twitter: @AlejandroFdelaP