Por: Alejandro Flores de la Parra

El mundo vive una situación que, quizá, solo habría sido pensada como el guion de una película apocalíptica, en la que se expusieran las vulnerabilidades de una sociedad globalizada, en un entorno de desigualdad y una pésima repartición de la riqueza. Vaya, una película muy realista.

Pero, como muchas veces ha ocurrido, la realidad ha superado a la ficción y no solo ha expuesto las deficiencias de nuestros servicios de salud y la falta de planes estratégicos globales de acción, en caso de aparecer una pandemia como la que el COVID-19 representó; sino, además, ha sacado lo peor de muchos que se atreven a agraviar, mancillar y denigrar, producto de la ignorancia y frustración, al personal que antepone su vocación de servicio al resguardo de su propia integridad.

Por si fuera poco, las condiciones climáticas, producto de los fenómenos meteorológicos formados a lo largo de los océanos, han representado un reto aún más grande, que ha caído como un alud que nos oculta cuando parecía que, quizá, pronto saldría el sol.

Ante estas situaciones, de manera atinada y oportuna, el diputado Gerardo Villarreal presentó una iniciativa de Ley que me parece muy interesante, la «Ley para la Protección del Personal Sanitario y de Emergencias del Estado de Durango», con la que podría, de alguna manera, garantizarse mejores condiciones para quienes están siempre dispuestos a dar su vida en favor de la sociedad.

En los últimos días, se ha sabido de agresiones de las que personal de salud ha sido objeto; sin embargo, ellos, al igual que el personal de emergencia, enfrentan retos día a día, independientemente, de alguna pandemia o la temporada de lluvias. No cuentan con insumos, con equipo, con material para hacer su trabajo. Vaya, muchas veces solo cuentan con su disposición y entusiasmo. Por ello, esta Ley pretende que se garantice su descanso; que tengan acceso a una alimentación nutritiva y suficiente; que cuenten con los insumos para protegerse en caso de riesgo y se les dote del vestuario y accesorios requeridos. Además, la sanitización de sus espacios, equipos, vehículos y alijos necesarios para realizar su indispensable labor, así como contar con atención médica oportuna.

Además, busca terminar con vicios y prácticas nocivas, como los “castigos” con jornadas extendidas y dar prioridad de desplazamiento en caso de medidas restrictivas, para garantizar el acceso seguro a sus lugares de trabajo y domicilios, donde se estaría tomando en cuenta, tanto al personal del Sector Salud, como a los integrantes de rescate, bomberos y protección civil de los ayuntamientos, así como el personal de la Cruz Roja.

Sin duda, hará falta conocer los alcances, quién será el sujeto obligado a cumplir estas garantías y, sobre todo, quién tendrá la facultad de sancionar el incumplimiento de los artículos, lo que seguramente se pulirá en comisiones. Sin embargo, es una gran muestra de voluntad y un buen llamado a la acción propositiva, pues más vale actuar y proponer, que solo seguir lamentando.

Twitter: @AlejandroFdelaP