Por: Alejandro Flores de la Parra

El pasado sábado, en una sesión extraordinaria, la actual Legislatura, gracias a la mayoría que obtuvo Morena y PT el pasado 2018, lograron modificar la Ley Orgánica del Congreso del Estado, en la que, transformando el artículo 86, que establecía que, en la segunda sesión de la Legislatura y para todo el ejercicio constitucional, la asamblea elegirá por mayoría absoluta y mediante votación por cédula, el órgano de gobierno interior denominado Junta de Gobierno y Coordinación Política, integrado por un Presidente, que sería el coordinador del grupo parlamentario o coalición parlamentaria que, por sí mismo, contara con la mayoría absoluta de diputados del Congreso; con lo que ahora lo haría el coordinador del partido que hubiese obtenido el mayor número de votos en la suma de los cómputos distritales para la elección de los representantes ante el poder legislativo.

La instalación de la sesión, per sé, se antojaba muy acelerada, aunque incluirían la sanción al magistrado recién destituido del Tribunal de Justicia Administrativa, Héctor Trejo Rangel, por realizar actos fuera de la Ley, con lo que la Comisión de Justicia proponía una sanción de siete años de inhabilitación como servidor público.

Sin embargo y a pesar de que los grupos parlamentarios que se verían afectados con la modificación respecto a la conformación de la Junta de Gobierno, se manifestaron en contra, advirtiendo un albazo y un ejercicio inmoral del poder, los argumentos que los integrantes del grupo morenista, quienes proponían la iniciativa, tenían un argumento social de peso, darle valor al voto, más allá de la jornada electoral y del otorgamiento de los espacios de representación.

La verdad es que, el poder es para ejercerse y, hoy, Morena lo tiene, por lo que tampoco debe espantarnos que utilicen cualquier artilugio legal, para mantenerse vigentes en posiciones de poder en la próxima Legislatura, máxime si, este mismo tipo de estrategias, fueron empleadas en el pasado por los partidos poderosos para hacer y deshacer en el Poder Legislativo, por lo que podríamos decir que el PRI, solo recibió una movida en contra, de las tantas veces que puso en jaque a quienes tuvo enfrente.

Para ser claros, en 2018, cuando aún estaba en funciones la sexagésima séptima legislatura estatal (2015-2018) y, al haberse conocido los resultados de la elección que dejaría fuera del mapa a los candidatos más fuertes del PRI y del PAN, incluso en algunos de sus bastiones en la capital, la misma Ley que hoy está en disputa, fue modificada para que Morena, a pesar de su avasalladora mayoría, no pudiera presidir la Jugocopo los tres años seguidos, dando lugar, entonces, a un válido llamado a la democracia, dentro del legislativo. Hoy, Morena les puede decir a quienes quisieron dejarlos fuera en su momento, el que se lleva se aguanta, con una dosis de su propia medicina, que durante años el PRI había administrado aliándose, sumando legisladores y hasta pintándolos de otros colores.

Twitter: @AlejandroFdelaP