LA PALABRA DEL GIOCONDO… Quien a dos amos sirve
Por: Alejandro Flores de la Parra
El pasado jueves, la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), reconoció la trayectoria del humanista y docente Porfirio Muñoz Ledo, entregando un Doctorado Honoris Causa a quien, a decir del rector de la UJED, Rubén Solís, “es un académico que ha contribuido en la consciencia de las nuevas generaciones para la liberación del pueblo mexicano para tener un país democrático”.
Pero más allá del evento de distinción para el diputado federal, hubo un hecho, de esos que a veces pasan desapercibidos, que llamó poderosamente mi atención, ya que se pudo observar a gente muy cercana al diputado local, Otniel García Navarro, deshaciéndose en apoyo y ofreciendo soporte a la senadora por Morena, Lilia Margarita Valdez Martínez. Esto quizá no haría eco en ningún lado, ya que se trata de gente de un diputado local morenista, en auxilio de una senadora morenista. Lo que llama la atención es que, el diputado Otniel García Navarro, ya se había abierto en favor de apoyar a Manuel Espino Barrientos en su efímera y al parecer improductiva intención por conseguir el nombramiento de “superdelegado” para el estado de Durango, con quien se había sentado a platicar, hace unas semanas, sobre la estrategia de posicionamiento y el papel que García Navarro habría de tomar para marcar, a su estilo, su preferencia por Espino Barrientos para ser el vehículo de recursos entre el Gobierno federal y nuestro estado.
¿Trabajo en equipo y acuerpamiento a un miembro del partido, como a cualquier otro? Eso podría argumentar cualquiera que pretenda desestimar este análisis. Pero en este caso, lo que no sería tan común es la gente en quienes Otniel García reposó tal responsabilidad, ya que se trata de sus más cercanos colaboradores, Antonio Vázquez, Alfredo Lara e Iván Barrios, a quienes no les encargaría un vaso de agua, sino una operación política que requeriría de la gente en la que depositaría tal confianza para lograr ganarse a la principal adversaria de Espino Barrientos en el tema de la «superdelegación».
Sabemos que en la política no hay lealtades que no mueran pronto y a nadie sorprendería que Otniel García Navarro, que ya traicionó al partido que le vio nacer políticamente y a sus propios ideales y convicciones personales, haciendo lo propio con tal de ganar posición para lograr acuerdos que le permitan asegurar su participación y futuro dentro de su nuevo partido. Así pues, bien podrá estarle peinando el bigote a Manuel Espino Barrientos, mientras le tiende la cama para quedar bien con la senadora Vázquez y no perder influencia a nivel local.
Bien dicen que el que sirve a dos amos, con uno queda mal, pero en este caso, supongo, no querrá quedar mal con ninguno, hasta que no se dé el nombramiento tan perseguido. ¿Sabrá Manuel Espino que Otniel y su gente operan para quedar bien con Margarita por si lo que acordó con él no deja frutos? Al final, dicen que las manzanas no caen lejos del árbol y el que traiciona una, traiciona dos, pero que cada quien se rasque con sus propias uñas.
Twitter: @AlejandroFdelaP