Por: Alejandro Flores de la Parra

La Consulta Popular, si bien es un ejercicio democrático que involucra de manera directa a la sociedad en la toma de decisiones que afectan al país, era un elemento desaprovechado, empolvado y que se encontraba, como muchas cosas dentro de nuestro sistema de leyes y normas, totalmente en el olvido. El ejercicio del pasado domingo, fue irregular desde su concepción, lleno de vicios y contrario a los mandatos de nuestra propia Constitución Política, pues de inicio se buscaba solicitar el visto bueno de la gente para hacer justicia ante presuntos actos inmorales, inconstitucionales, administrativos y penales en que incurrieron los titulares de los corruptos y mezquinos gobiernos del pasado, lo que, siendo cierto, no dejaba lugar a la duda.

Algunos aseguran que la Ley no se consulta, se aplica y, este domingo, a muchos mexicanos nos quedó claro que, aunque la construcción de una Ley puede sujetarse a consulta, lo que ha provocado que nuestras leyes vayan evolucionando conforme lo hace nuestra sociedad y sus conceptos sobre la moralidad y la justicia, una vez que la ley existe y hasta que no sea modificada, está hecha para hacerse cumplir. Si algo nos ha dicho este Gobierno de México, es que no habrá impunidad, un concepto muy utilizado y que, si se entendiera como es, jamás se les habría ocurrido dar oportunidad a que, con un resultado adverso, se olvidara la Ley y no se hiciera justicia.

El ejercicio de más de 500 millones de pesos para tal efecto, para muchos resultó aberrante, un insulto a la realidad de un país que tiene muchas más cosas en qué preocuparse que sentarse, cual filósofo griego, a cavilar sobre la necesidad de hacer algo que, según nuestra Ley, se debiera hacer. Sin embargo, la historia nos ha costado mucho más y otros errores han sido más que un excesivo destino de recursos públicos, por lo que, sin justificar, pero queriendo ver el lado positivo, al menos sirvió para abrir el debate y buscar la participación de una sociedad que ha descansado la responsabilidad de gobernar en otros, para después estarse lamentando porque todos hacen lo que quieren y no lo que necesitamos.

Si bien la pregunta causó más hastío que entusiasmo, lo que es cierto es que, en México, hace falta un cambio de paradigma, una reacción social y un cambio sociocultural que nos impulse a ser más participativos en los temas propios de una sociedad. Sin embargo, tampoco pueden los gobernantes estar esperando que la única manera de gobernar, sea mediante la directriz de un pueblo que no está preparado, en muchos aspectos, para hacerlo, pues se supone que su función es tomar las mejores decisiones y por ello deben rodearse de un grupo de expertos que, combinados con su interés por ver a México en pleno desarrollo, habrán de llevarnos a una evolución integral. En otras palabras, ya se acabó la Consulta, ahora sí, ¡A GOBERNAR!

Twitter: @AlejandroFdelaP