Por: Alberto de la Rosa Olvera

Cuando Ricardo López Pescador asumió la Presidencia de la Gran Comisión del Congreso del Estado, allá por el año de 2004, quiso asumir una pose de estadista y convocó a foros de consulta para realizar una reforma política-electoral de gran calado.

Recuerdo que los panistas pusieron en la mesa de la negociación temas como la revocación de mandato y homologar las elecciones locales con las de Presidencia de la República, para evitar que Durango se viera envuelto en tanto proceso electoral que termina por desgastar a la ciudadanía. Obviamente esos temas no pasaron porque López Pescador, consideró que se ponía en riesgo la gobernabilidad con la revocación de mandato y en cuanto a la homologación de las elecciones, tampoco, porque el PRI se vería perjudicado con fenómenos como la Foximanía. Todo quedó con el incremento del número de diputados locales.

Pasó el tiempo y en 2013, so pretexto del 450 aniversario de la Ciudad de Durango, se creó el organismo para la Reforma del Estado, en donde el objetivo era crear una nueva Constitución que trajera como consecuencia una reingeniería de los tres poderes y los organismos constitucionales autónomos. En los foros de consulta, se escucharon voces que proponían instaurar la figura de revocación de mandato, pero los asesores de dicho ente, argumentaron que era imposible por mandato constitucional.

Ocho años después, amanecimos con la noticia de que en Durango se contará con la revocación de mandato, definida como el procedimiento mediante el cual los ciudadanos pueden destituir mediante votación al gobernador del estado antes de que expire el periodo para el cual fue elegido porque se le perdió la confianza.

Esta figura no abre la puerta a la anarquía como pensaba López Pescador a inicios de siglo, porque de acuerdo a la legislación, solo se podrá solicitar una vez durante el periodo de Gobierno. El plazo para solicitar la revocación de mandato es dentro de los tres meses siguientes al término del tercer año de Gobierno, mediante votación libre, directa y secreta. La solicitud tendrá que ir respaldada por el 10 por ciento de la lista nominal, distribuida en cuanto menos 20 municipios de la entidad.

Para que la consulta de revocación de mandato sea válida, tendrá que tener un porcentaje de votación del más del 40 por ciento de ciudadanos inscritos en la lista nominal y sea por mayoría absoluta de los votos recibidos. Este proceso no podrá coincidir con un proceso electoral y su organización dependerá del IEPC.

Esta figura forma parte de la legislación de participación ciudadana, la cual nunca se ha aplicado en Durango; precisamente recuerdo que Iván Gurrola quería convocar a una consulta popular sobre el tema de la construcción del puente del bulevar Francisco Villa pero nunca se concretó.

Ahora, es precisamente Gurrola Vega, quien anuncia la adopción de la renovación de mandato en el marco jurídico de la entidad y ojalá, pueda aplicarse en el futuro que viene cuando los ciudadanos consideren que el gobernador no cumplió sus promesas o de plano, no sirve para ejercer el poder.

PALABRAS MAYORES

Marina Vitela está esperando que Omar Castañeda gane la diputación federal del Distrito 02 para iniciar de lleno su campaña por la gubernatura; ya trae operadores en los municipios más importantes de Durango, listos para entrar en acción después del 6 de junio.