María Felix recibe una carta en La Habana
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
El 26 de octubre de 1949, María Félix llegó a Cuba invitada por el presidente Carlos Prío Socarrás. Con un caluroso y apoteósico recibimiento recorrió las calles de la capital hasta el Hotel Nacional, donde se hospedó durante los cinco días que duró su visita. Al día siguiente, en una plataforma improvisada frente al Teatro Nacional y ante miles de seguidores que se concentraron en el Paseo del Prado, recibió la Llave de la Ciudad y el título de Huésped de Honor. También estuvo en el Palacio Municipal.
De esta primera visita he aquí una anécdota: A su suite llegaban muchas cartas de admiradores. Mientras se preparaba para asistir a una cena de honor en el Palacio Presidencial, seleccionó una al azar, del sobre cayó al suelo una medalla de la Virgen de la Caridad del Cobre, lo cual motivó su interés en leer la misiva. No se trataba de un simple admirador, sino de un hombre que estaba preso y condenado a muerte por haber matado al violador de su hermana. El recluso le solicitaba interceder ante el Presidente para que le perdonara la vida.
Esa noche, en la recepción de Palacio, Prío Socarrás le dijo: Le hemos dado todos los premios que se otorgan a los huéspedes distinguidos, pero yo quiero hacerle un regalo personal. Dígame qué desea: ¿Una casa, un coche, una joya? –… “Nada de eso, señor Presidente”, rehusó la diva–; “quiero que me regale a un hombre”; -¿Un hombre?; “Sí, un condenado a muerte”– y María le pidió el indulto para el reo.
El Presidente llamó a un coronel de su guardia, le entregó la carta que la actriz le había mostrado y le ordenó que se anulara la sentencia de muerte. María Félix fue vista fugazmente en diferentes lugares de la capital: Visitó a medianoche el cabaret Tropicana, donde fue recibida con estruendosos aplausos. Aunque todos pedían que dijera unas palabras, solo accedió a ponerse de pie y dedicarles una sonrisa. En el teatro América subió al escenario y dijo solamente: “Mírenme”; asistió a una conferencia de prensa que se había convocado, a al que llegó tarde, fue amable con los periodistas y respondió múltiples preguntas acerca de sus proyectos cinematográficos, su hijo, su relación con Agustín Lara quien, enamoradísimo, le había compuesto su famoso vals “María Bonita” y otros temas.
En su segundo viaje a La Habana, en junio de 1955, contratada por los Cigarros Partagás, se hospedó en el Hotel Comodoro, donde recibió en su habitación al periodista Germinal Barral (Don Galaor) de la revista Bohemia. Al referirse a Jorge Negrete, comentó su interés de visitar La Habana junto a ella: «Me dijo –Amor mío, tenemos que ir juntos a La Habana, para que veas cómo me quieren los cubanos». Actuó en la pista del cabaret Montmatre y en el escenario de Radiocentro; concedió una entrevista exclusiva a la revista Carteles; se presentó en el Alí Bar; hizo su primera aparición en la TV cubana, en la que fue entrevistada por el famoso actor Enrique Santiesteban y respondió preguntas acerca de sus inicios en el cine, la última película de Negrete, sobre los modelos de Dior y el tipo de hombre que le gustaba. Bailó chachachá en Tropicana, se bañó en la playa de Guanabo y visitó La Bodeguita del Medio.
Con mucho respeto y agradecimiento dedico este artículo a Pedro Núñez Mosqueda, embajador de Cuba en México, quien recientemente estuvo de visita en Durango, invitado por el museo Francisco Villa.