NOVENO CÍRCULO… El PRI: Entre la reinvención y el ocaso
13/08/2019 - Hace 5 años en MéxicoNOVENO CÍRCULO… El PRI: Entre la reinvención y el ocaso
Por: Fhernanda Simental L.
Antes de la elección presidencial del 2018, quienes pasábamos casi diario por avenida Insurgentes, entre calles Amado Nervo y Mina, en la Ciudad de México, veíamos imponente el CEN del PRI; de su gran edificio circundado por rejas adornadas orgullosas de fotografías de los triunfos tricolores, entraba y salía gente apresurada, mientras que las luces de sus oficinas permanecían encendidas aun de madrugada, pero eso ya quedó hoy en el pasado.
El Partido Revolucionario Institucional ha sufrido quizás más que otros partidos políticos, la decepción de la sociedad mexicana sobre el sistema partidario. Un pasado con muchas interrogantes lo deja mal parado en la historia moderna de México, y que muchos de sus militantes hayan abandonado el barco al sentir el bamboleo, no abonó a que la percepción cambiara.
Este pasado domingo, por primera vez en su historia, el PRI renovó su dirigencia nacional a través de voto secreto y directo de su militancia. Los seis millones 764 mil 615 afiliados pudieron emitir su voto en las cinco mil 800 casillas que se dispusieron en todo el territorio nacional para elegir a su presidente nacional entre las fórmulas que conformaron Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, Ivonne Ortega y Pepe Alfaro, así como Lorena Piñón y Daniel Santos, la vencedora fue la primera fórmula con el 80 por ciento de la votación.
En Durango, los exgobernadores Ismael Hernández Deras, Maximiliano Silerio Esparza y José Ramírez Gamero emitieron su voto y soltaron algunas impresiones de la jornada y sorprendió la de Ramírez Gamero, quien aseguró que el PRI perdió su ideología, la cual tiene que recuperar la nueva dirigencia.
Si el PRI ha perdido su ideología, sus militantes, parte de su estructura y hay reticencia a la hora de elegir su nueva dirigencia, como lo muestra la modesta afluencia que acudió a emitir su voto, ¿qué le queda al Revolucionario Institucional? No es difícil suponer la debacle, sobre todo cuando sus principales cuadros han migrado a otros colores… principalmente al guinda.
Pero cuidado, hablamos del PRI, cuya mayor característica es la disciplina, esa que propios y extraños le reconocen y que puede ser su tabla de salvación. El tricolor perdió el control de la Ciudad de México desde 1997 y desde entonces ha desaparecido de la metrópoli, pero no del mapa nacional y se fortaleció en el Estado de México volviéndolo su mayor bastión.
Y es que desde el huracán del 2018 llamado Morena, se desconoce el rumbo de varios partidos que no han encontrado su camino y se han tardado en fijar objetivos claros, no para ser lo que les gusta llamar “oposición responsable”, sino como entes frente a una ciudadanía que ya no se siente representada por colores y siglas.
Pero, ¿por qué es importante hablar del PRI? El PRI tiene y ha tenido grandes y fuertes deficiencias; sus exgobernantes son recordados, en su mayoría, por grandes escándalos de corrupción y negligencia, por eso hoy es tercera fuerza nacional y se encuentra en la disyuntiva real de caer hasta el cuarto o quinto peldaño y ser un mero partido satelital y hasta testimonial. La falta de cobertura mediática y la falta de una tendencia en redes sociales nos habla de un partido que lastimosamente ha dejado de ser lo que era y tiende a la extinción.
Hoy el Revolucionario Institucional enfrenta sin duda uno de los mayores retos de su historia: La permanencia, pero sobre todo tornarse en un verdadero contrapeso para la vida política del país, a pesar de todos los pecados que cometió, porque ojo, los pecados y el cáncer de la corrupción no necesariamente se van a ir con la extinción del PRI, que hoy debe sacudirse las rodillas y ser lo que nunca ha sido: Una verdadera oposición, ¿podrá?
Twitter: @Fher_Turkita