“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”

Por: Fhernanda Simental L.      

A propósito del estreno de la nueva temporada de la serie “The Crown”, la semana pasada, en un espacio diferente donde hago recomendaciones cinematográficas, hice una reflexión sobre la importancia que tiene la figura de Margaret Thatcher, no solo dentro de la historia política y social de Reino Unido, sino su impacto en la política internacional y el parteaguas que significó para la figura de las mujeres ocupar un cargo de poder dentro de  lo que hasta entonces era considerado “territorio de hombres”.

Amada y odiada por igual, como son los personajes fuertes y de inquebrantables convicciones, Margaret Thatcher tuvo por 11 años las riendas de Gran Bretaña, de 1979 a 1990, época convulsa donde tuvo que sortear grandes cambios ideológicos, económicos  e intensamente políticos, como fue el concepto de la Unión Europea y su posterior materialización, la tensión de la Guerra Fría, los conflictos de Medio Oriente, la intención separatista de Irlanda, la caída del muro de Berlín y unificación de Alemania, así como el Glásnost y la Perestroika, y por supuesto, la guerra con Argentina por las islas Malvinas.

A Margaret Thatcher, la “Dama de Hierro”, le tocó gran parte de los grandes sucesos históricos que marcaron precedente para la sociedad moderna y sin los cuales no podríamos concebir el quehacer de la política actual, sin embargo, su ejercicio mientras estuvo en el número 10 de Downing Street estuvo lleno de claroscuros. Los ingleses, sobre todo los de la clase obrera, no olvidan como privatizó las industrias, despojó de poder a los sindicatos, redujo las industrias, implementó políticas económicas severas tal como el impuesto municipal que despojaba de su derecho al voto a todo aquel que no lo pagara.

Su negativa a la integración de Europa fue otra de sus decisiones más controvertidas y cuestionadas. Fue su exceso de soberbia ante el poderío de su imagen y victorias políticas, lo que la llevó a cegarse de cuál era el rumbo que debería de tener Reino Unido. El apostar por la independencia nacional y quedarse fuera de la comunidad europea, fue la piedra donde se construyó su derrota política.

La historia, queridas amigas y amigos, no está ahí para plasmarse en billetes o ser banderas políticas, la historia está ahí para que se aprenda de ella y no cometer los mismos errores; y bien puede ser en Inglaterra o en América Latina, en nuestro país o nuestro estado, la geografía poco tiene que ver cuando las coincidencias de circunstancias se emparejan y muestran que lo que le pasó a alguien al otro lado del mundo, nos puede pasar también.

Es una pena que de la serie la gente solo hable del fallido romance entre el príncipe Carlos y la princesa Diana, cuando lo interesante es el trasfondo político y el lugar histórico en el que en esta cuarta temporada se sitúa la serie, donde una Reina Isabel II va rezagándose sobre su propio tiempo y una primer ministra, que a pesar de ser mujer, menosprecia políticamente a su propio género.

Me parece que la lectura más interesante es sin duda como la sociedad avanza con o sin los líderes preestablecidos, mostrándonos que en las épocas convulsas siempre emergerán quienes deciden romper pacífica o violentamente con el statu quo para que, como un río, la evolución social encuentre su cauce.

Margaret Thatcher se ganó su lugar en la historia, pero su obstinación e inflexibilidad la llevó a su propia debacle, lo que sin duda deberían reflexionar algunos líderes nacionales y/o locales que, creyendo tener una cierta autoridad o simpatía electoral, se han cerrado a escuchar lo que verdaderamente quiere la gente, cerrando sus ojos y oídos a lo que la sociedad les demanda y solo escuchando a quienes los alaban.

En política nada es seguro, menos para quienes creen que aún cuentan con la simpatía del electorado que los llevó a ocupar el lugar que ahora tienen, pues la gente no olvida cuando se les ignoró y no se les cumplió, pero sobre todo los escenarios cambian para quienes no se miden y tensan el delgado hilo del entramado político, económico y social.

Twitter: @Fher_Turkita