Por: Fhernanda Simental L.

Cuando inicié en estas faenas del periodismo, una de mis primeras entrevistas fue con el entonces director de un recién creado Instituto de Cultura del Estado de Durango: Héctor Palencia Alonso. Don Héctor me enseñó, en los breves minutos de entrevista, la importancia de la cultura, sobre todo en un estado como Durango, que tiende a la desmemoria y a no reconocer su valiosa herencia.

En ese gran legado que dejó don Héctor Palencia, contamos el Festival Revueltas. Nacido a partir de lo que se conocía como “Tonalco”, en la administración estatal de Maximiliano Silerio Esparza el Festival Revueltas tomó forma con el ICED de Héctor Palencia, cuyo concepto acertado fue impulsar, difundir y retroalimentar a la sociedad duranguense de la cultura que cada uno de los hermanos Revueltas representaban: Silvestre la música, José las letras, Rosaura la danza y teatro y Fermín la pintura, fue así que se consolidó el que en su momento fue uno de los festivales culturales más importantes al norte del país, disputándose el puesto con Chihuahua y Tamaulipas.

Con el cambio de administración en la gubernatura llegó el cambio también en el ICED, y bajo la dirección de Luis Ángel Martínez Diez se consolidó y elevó el festival a la categoría de “Internacional”, otorgándole con ello mayor presupuesto por parte del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), además de un fuerte apoyo en difusión por parte de la Secretaría de Turismo a través del ahora extinto Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).

Al final, el sueño de don Héctor Palencia se había cumplido: Un Festival sólido que llegaba a 37 de los 39 municipios del estado de Durango, con una inauguración especial siempre del festival en la tierra de los hermanos Revueltas: Santiago Papasquiaro, y el reconocimiento de su obra. La cultura y el arte se respiraban en las calles, en los teatros y en las plazas de esta ciudad… pero, ¿qué pasó ahora?

Queridos amigos lectores, tristemente hoy damos cuenta que esa consolidación y trabajo de años han quedado lejos y en el olvido. Hoy termina el Festival Revueltas y pasó sin pena ni gloria. Nadie se enteró cuándo empezó y pocos saben que hoy termina. De los artistas que trajeron poco se sabe y de los eventos que mediocremente fueron difundidos apenas lograron conseguir un poco más del 50 por ciento de espectadores.

El Instituto que hoy dirige Socorro Soto Alanís ha menguado y casi ha extinguido al festival que dejó de ser internacional y ahora sufre una grave disminución en su presupuesto, pues ha recibido muy poco apoyo federal, en gran medida por la gran opacidad que ha tenido la actual administración para transparentar los gastos y contratación de los artistas.

Ha sido el diputado local por Morena, Iván Gurrola Vega, el único que ha alzado la voz para llamar a cuentas a la directora que poco o nada de interés tiene en enderezar un barco que ya se hundió.

La urgencia de la transparencia no debe caer en saco roto. En plática con el Diputado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), hizo hincapié en el necesario esclarecimiento de los recursos y las contrataciones del festival que un día enorgulleció a Durango y que hoy poco o nada se sabe del manejo que se tiene de las finanzas, lo que al final hace sospechar en un manejo discrecional que nada ayuda para solicitar a la federación se salve al festival cultural que en otras ediciones dejaba importantes divisas para el estado y empresarios, sobre todo de la rama hotelera y restaurantes.

Así pues, la postura del diputado Iván Gurrola es la de todos los duranguenses: ¿qué ha pasado con el Festival que un día llenó de orgullo al estado?, ¿qué está pasando con sus recursos?, ¿por qué esa renuencia por transparentar sus finanzas?

Hoy termina el Festival y con él, la esperanza de recuperar la cultura estatal.

Twitter: @Fher_Turkita